Cada batalla electoral esconde intereses y poder en juego que, a simple vista, quizás no se notan. Este lunes en Uruguay se vivió una jornada de votación y tensión. Hubo elecciones en la Mutual de Futbolistas Profesionales (MUFP). Las listas presentadas eran dos: el oficialismo nucleado en la ‘Lista 2018’ encabezada por Diego Scotti, con el lema “Más que un gremio, Más Mutual” y la ‘Lista 1950’ que lideraba Andrés ‘Varilla’ González con el título “Por los gloriosos de Maracaná”.

De un lado, los referentes más recientes de la selección nacional: Suárez, Cavani, Lugano y toda la Celeste apoyaban a Scotti. Del otro, Paco Casal, histórico empresario de la TV uruguaya, impulsaba a la lista de González que contaba con Richard ‘Chengue’ Morales como una de sus caras visibles, aunque sin formar parte de la nómina. Acompañaban a Scotti, entre otros, Esteban Conde y Mathias Cardaccio, futbolistas con pasado en nuestro país. Del lado de González se encontraban Walter Gargano, Luis Sosa, Gabriel Alvez y Gustavo Varela, entre los jugadores más reconocidos. 

Luego de los comicios quedó confirmado que Diego Scotti fue reelegido como presidente en su cargo para el período que comprende 2022 y 2026. La lista oficialista ganó con 629 votos sobre los 130 de la oposición.

¿Qué estaba en disputa? Más allá del gremio y sus objetivos lógicos, hay un aspecto clave. Debido a la reforma estatutaria de la Asociación Uruguaya de Fútbol, los jugadores tienen votos en el máximo ente. Es decir, atrás de los comicios sindicales, hay poder de influencia y de decisión en la AUF. Y, de cara a lo que se viene (la discusión por la renovación de los derechos audiovisuales del fútbol local y de los partidos de la Selección) todos los sectores quieren tener injerencia.

Así, confrontaron el oficialismo de la mutual, con buena sintonía con la dirigencia y con el lógico interés de defender a los jugadores de la selección de un lado, y el empresario televisivo Casal del otro, buscando defender sus intereses en la renegociación de los derechos de los que por ahora es dueño.

Durante el día se vivieron momentos extraños. En los clubes Cerro y Liverpool no dejaron entrar las urnas para que los futbolistas voten. En Liverpool, la dirigencia no dejó entrar las urnas porque los jugadores tenían jornada libre y no había actividad, además de considerar que una de las listas se negaba a que se vote fuera del ámbito de la sede de la Mutual. En Cerro, no se dejó entrar a las urnas aunque no trascendieron los motivos. Así, se resolvió que las urnas en las que debían votar los afiliados de ambas instituciones se coloquen en el estadio Centenario para que tengan que dirigirse hasta allí los votantes.

Además, antes del cierre de la elección a las 19 horas, se registraron denuncias cruzadas de un lado a otro. En un momento se debió recurrir a la policía debido a que hubo intentos de entrar a la fuerza a la sede de la Mutual, pero los guardias lograron controlar la situación. Una vez conocidos los resultados, la oposición amenazó con impugnar la elección, algo que por el momento no ocurrió.