A pura fricción: Talleres y San Miguel igualaron en la primera final y el ascenso se definirá en la vuelta
Los campeones del Clausura y Apertura empataron sin goles en el primer chico para buscar su lugar en la Primera Nacional.
Talleres y San Miguel empataron hoy 0 a 0 en Remedios de Escalada sin evidenciar diferencias que caractericen algún favoritismo de cara a la revancha de esta final del campeonato de la B que el último domingo de este mes en Los Polvorines colocará a uno de los dos en la temporada 2024 de la Primera Nacional.
El desarrollo del encuentro no escapó a la lógica de cualquier final que se precie de tal, y máxime si se trata de una proveniente del ascenso profundo del fútbol argentino como esta.
Por eso, a lo largo del primer tiempo las palabras "trabado" y "parejo" fueran las que más claramente identificaran lo que sucedía en el irregular campo de juego "albirrojo", donde no hubo nadie que sacara en el juego aunque sea alguna ventaja mínima.
Dentro de ese panorama de equilibrio y por el lógico impulso de jugar en casa, Talleres, fue el que mostró mayores intenciones ofensivas, complicando al arquero visitante Joaquín Pucheta especialmente con jugadas de pelota parada a través de faltas generadas especialmente por acciones combinadas por el sector izquierdo del ataque.
El triángulo que formaban el experimentado Fernando Enrique (hijo del "Negro" Héctor, campeón mundial en México 1986), Agustín Campana y Lautaro Villegas fue cargando de faltas a la recia defensa de los albiverdes, donde se destacó el colombiano ex Independiente Santa Fe, Dixon Rentería, junto al buen retroceso de Nahuel Sica, aunque ambos concluyeron amonestados,.
Y en ataque además los visitantes producían poco y nada, pese a los esfuerzos constantes de Federico Sena por armar juego, aunque sus intentos terminaban siendo finalmente infructuosos, porque no encontraban contacto en los atacantes Christian Chávez y Ezequiel Melillo.
Las características del desarrollo no se modificaron intrínsecamente en el complemento, al punto que la multitud (unos 10,000 hinchas) de Talleres recién sobre las postrimerías de la segunda etapa maximizaron su aliento cuando su equipo arrimó un esfuerzo final por desnivelar.
Claro que a diferencia de la primera etapa la postura de San Miguel fue un poco más consistente en cuanto al juego, con Sica siempre mostrando un criterio atinado para manejar el balón, y cuando él no la tenía era Sena el que tomaba la posta.
Las bengalas y pirotecnia festiva que lanzaron los de Talleres en el epílogo se parecieron en mucho a una despedida y un premio a sus jugadores por la gran temporada realizada y la disputa hasta el final con un presupuesto inferior al de San Miguel.
Y justamente en Los Polvorines, si es que se completan algunas obras necesarias en su estadio, el próximo domingo 29 se verán nuevamente las caras en los últimos 90 minutos antes de que uno de los dos deje para el año que viene la Primera B rumbo al Nacional.
Si bien con el empate en blanco la definición quedó abierta, la sensación de un mayor poderío individual parece estar del lado de San Miguel, como por ejemplo la jerarquía demostrada hoy por el mencionado Rentería.
Por eso, con su gente, San Miguel intentará dar un salto de categoría de la mano de su no menos experimentado entrenador Gustavo "Sapito" Coleoni, un especialista en ascensos que también querrá dejar su marca en San Miguel, claro que siempre Talleres mediante, porque su entrenador, el también periodista deportivo Martín Rolón, querrá escribir su mejor historia en el club del partido de Lanús.