"En Boca hay que ganar, no importa otra cosa. Hay que asumir esa exigencia, es como cuando juegas en Real Madrid o Manchester United". Ander Herrera cumple el sueño que tuvo desde niño y aunque hasta el momento fueron más espinas que rosas, el español no lo duda: "No quería terminar mi carrera sin jugar en uno de los clubes y uno de los estadios más emblemáticos del mundo.

El amor de Ander por el conjunto de la ribera nace de los viajes que emprendía su papá, ex futbolista y Director Deportivo de Celta y Zaragoza, hacia Argentina cuando este era un niño. "Una vez aquí compré una camiseta Olan trucha, pero la más vieja que tengo es una de Kily González, porque a él lo fichó mi padre y se la regaló", cuenta en diálogo con Desde la Boca, la revista oficial del club.

"El que se quiera igualar con Boca sale perdiendo. Incluso hinchas de otros clubes me han dicho que lo que voy a vivir en Boca es único. Uno quiere darse un gusto, pero quiere estar a la altura del club", se autoexige Herrera.

Protagonista de asados con Ángel Di María, Messi e Icardi, confiesa: "No me animo al mate, sigo con el café, pero todo me es familiar". 

"Me ofrecieron vivir en un country pero no es mi estilo, me gusta recorrer cafeterías, lugares. Mis hijas están enamoradas de la gastronomía argentina. Estamos muy felices, el argentino es muy intenso las 24 horas, vive el fútbol con pasión, aquí es más que un deporte. Es una forma de vida. Y en eso tiene mucha similitud con el Bilbao, hay gente que no le gusta mucho el fútbol pero es del Athletic, esa es una semejanza que encuentro con Boca. Boca es mucho más que la pelota y que el día del partido", cierra el vasco y xeneize.