Del "Segurola y Habana" a la peor pifia con la camiseta de River: postales de la vida futbolística de Toresani
Julio César Toresani tuvo una carrera plagada de camisetas pesadas, partidos calientes y mucha pierna fuerte. Supo dibujar un anecdotario recordado por hinchas de Boca, River y de todo el fútbol argentino. El lado "B" de un rústico que se puso la camiseta de 3 de los 5 grandes.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Murió Julio César "Huevo" Toresani y para recordarlo, acá haremos un breve repaso de algunas anécdotas que dejó su vida como futbolista. En su carrera, el "Huevo" vistió las camisetas de Unión, Instituto, River, Colón, Boca, Independiente, Audax Italiano de Chile y se retiró en 2004, en Patronato. En su carrera, más ligada a la rusticidad que a los lujos, Toresani jugó varios clásicos del fútbol argentino y dejó algunas postales imborrables e, incluso, goles.
El hombre que generó el "Segurola y Habana"
Una con la camiseta de Colón, meses antes que llegue a Boca. Tras un picante Boca-Colón, en "La Bombonera", Diego Maradona desafío a Julio César "Huevo" Toresani a pelear. Hasta ese partido, el "Huevo" era un ex River y no era muy querido en La Boca. Esa tarde octubre de 1995, Colón volvía a Primera y Boca presentaba a Diego. Ganó el Xeneize 1- 0, con gol de Darío Scotto, y Toresani fue expulsado en un tumulto. El "Huevo" apuntó al Diego: "A mí me echó Maradona. Y lo que diga Maradona cuando escuche esto, no me importa un carajo. Pero quisiera tenerlo de frente para ver si me dice las cosas que me iba a decir, que me iba a agarrar afuera. Está bien, yo me la banco: lo iría a buscar a la casa". Como respuesta, ante los micrófonos de la prensa como amplificador, Diego acuñó una frase que aún hoy se sigue usando: "A Toresani, Segurola y Habana 4310, séptimo piso. ¡Y vamos a ver si me dura 30 segundos". Meses después, sería compañero del "Diez" en el Xeneize.
"Le pegó con una muleta, Toresani"
Noche de River vs San Martín de Tucumán. No importa tanto el año, pero sí el hecho. El "Huevo" Toresani hizo que Enrique Macaya Márquez hiciera algo no habitual en él: una broma sobre el desempeño de un jugador. Ramón Ismael Medina Bello fusiló a Guillén desde la medialuna y, en el rebote, el "huevo" la mandó a la Centenario Baja. La pifia fue tan evidente que hizo que el célebre comentarista asegurara que "le pegó con una muleta Toresani". El video es elocuente, un típico caso de "era más fácil hacerlo que errarlo".
El gol que valió un campeonato
River debía, al menos, empatar con Argentinos Juniors para gritar Campeón en el apertura 1993. El Monumental repleto, y con lluvia de papelitos recibió al equipo del Kaiser, en un domingo lluvioso sobre Buenos Aires. El duelo se jugó el 19 de marzo de 1994 y River se puso en ventaja con gol de Toresani, tras un desborde de Hernán Crespo que la defensa del "Bicho" no pudo despejar a tiempo. Luego, los de La Paternal empataron, pero no pudieron evitar la vuelta olímpica del equipo de Passarella. Fue un partido de trámite sospechoso, según las crónicas de la época.
El día que con la camiseta de Boca le hizo un gol a River
Corría el año 1997, más precisamente octubre. Se jugaba una nueva edición del Superclásico, el último partido que Diego Maradona jugaría con la camiseta de Boca ante River y el último de su carrera, porque diez días después anunciaría el retiro. El "Diez" salió reemplazado en el entretiempo por Claudio Caniggia y también salió Claudio Vivas e ingresó un jovencísimo Juan Román Riquelme, que empezaba a jugar partidos grandes en el Xeneize.
Ese partido, para River, lo abrió Sergio Ángel Berti y jugaba un tal Marcelo Gallardo para los de Ramón Díaz, que venían de ser campeones de América y ganarían, meses después, el Tricampeonato y la Supercopa. El 1-0 del "Millo" era justo, pero en el segundo tiempo, Diego Latorre habilitó a Toresani quién empató el partido y salió a gritarlo como loco, pese a que se lo había marcado a su ex club. El 2-1 para la visita llegó con el primer "Gol de Palermo a River", un cabezazo bajo una lluvia torrencial, con todo River protestando obstrucción de Jorge Bermúdez sobre Germán Burgos. Fue, por todos los condimentos, uno de los clásicos más recordados de los últimos 20 años.