El 2021 de Racing: un año olvidable, con errores en la gestión que se vieron en la cancha
Este año fue la continuidad de un muy mal cierre del 2020, en el que el club de Avellaneda perdió a Diego Milito como cabeza de la Secretaría Técnica. Tras la llegada del mánager Rubén "Mago" Capria, llegaron varios jugadores sin un gran presente. Además de que el plantel no dio un salto de calidad, desfilaron tres entrenadores. El 2021 fue agitado e incluyó viejos reclamos, con insultos incluidos, sobre dirigentes que aún siguen en funciones. Para terminar, Licha López, el último gran ídolo del club, decidió cerrar su carrera en Sarmiento.
Lo bueno de este 2021 para Racing es que termina y desde 2022 todo puede mejorar. Desde la gestión deportiva tanto puertas afuera como puertas adentro del club hasta el funcionamiento de un once que sufrió varias duras derrotas y al que le costó mucho ganar inclusive de local, donde había construido una fortaleza.
Faltaban apenas unos días para el final del año 2020 cuando Sebastián Becaccece anunció que abandonaba el equipo de Avellaneda tras la eliminación de su equipo a manos de Boca, en la serie de cuartos de final de la Copa Libertadores.
El entrenador aclaraba que seguía los pasos de Diego Milito, el encargado de contratarlo, que había renunciado en noviembre en la previa de los octavos de final ante Flamengo, el vigente campeón, enemistado manifiestamente con Víctor Blanco, el presidente de la Academia.
Las dos renuncias fueron como baldes de agua fría para el hincha, que sin embargo, renovaba las esperanzas con el comienzo del año.
La primera acción de la dirigencia fue la contratación de Rubén "Mago" Capria como Asesor Deportivo. El objetivo fue revitalizar y encargarle la gestión de un plantel que debería afrontar triple competencia como años anteriores. Con Capria en funciones, la primera gran novedad fue la llegada de Juan Antonio Pizzi como DT del plantel profesional.
Sin bien varios nombres habían retumbado en Avellaneda, como el de Alexander "Cacique" Medina, Eduardo Domínguez y la dupla Barros Schelotto, el flamante mánager se inclinaba por una persona de su confianza y daba muestra de su poder de elección.
Tras la confirmación del experimentado entrenador, llegarían las incorporaciones al plantel de la Academia. Varios apellidos poco conocidos en el fútbol de Primera División y algunos con un buen pasado. En definitiva, todas apuestas de cara a un 2021 que parecía exigente.
Los que llegaron en el transcurso del verano pasado fueron:
- Enzo Copetti y Matías Tagliamonte, ambos a préstamo desde Atlético de Rafaela. Cabe destacar que Racing hizo uso de la opción de compra de los dos y desembolsó el mes pasado cerca de u$s 1 millón.
- Ezequiel Schelotto, jugador de pasado europeo que jugó poco durante el año y para colmo sufrió la rotura de ligamentos.
- Joaquín Novillo, prometedor defensor central que llegó desde Belgrano de Córdoba a donde retornó tras su paso a préstamo por Avellaneda.
- Anibal Moreno, un jugador joven que supo defender los colores de la Selección Argentina en juveniles y que busca su mejor versión nuevamente. Tal vez fue la incorporación más destacada del año.
- Maximiliano Lovera, quien atravesó una situación similar a la de Novillo. Llegó por expreso pedido de Juan Antonio Pizzi y con la salida del entrenador perdió terreno.
- Tomás Chancalay, quien tuvo un primer semestre de ensueño y una segunda mitad del año para el olvido al compás del resto de sus compañeros.
- Ignacio Piatti, que tras algunas buenas apariciones en la Copa Libertadores, nunca se terminó de ganar un lugar y decidió colgar los botines en el final de esta temporada.
Tras una interesante pretemporada, Racing afrontaba el comienzo de la Copa de Liga en un grupo en el que aspiraba a cerrar su participación como líder. Sin embargo, los resultados fueron duros: derrota ante Banfield, empate ante Aldosivi como local y 0-0 ante Estudiantes.
Tres partidos en el año y ninguna victoria. Y asomaba la postergada Supercopa Argentina ante River. Fue 0-5, una goleada histórica sin atenuantes en Santiago del Estero. La paciencia y la esperanza de los hinchas se desvanecía como arena entre los dedos y los cuestionamientos al DT y al mánager ya aparecían con frecuencia.
Sin embargo, el fútbol siempre da revancha, reza un viejo refrán. Y así fue: Racing hilvanó varias victorias consecutivas. Ante Central en el Cilindro, ante Platense como visitante y ante Argentinos Juniors en Avellaneda, además de un sufrido debut con triunfo y clasificación en los 32avos de final de Copa Argentina. Luego River volvió a aparecer en el calendario: esta vez fue empate 0-0 en el Monumental.
Si hay una palabra que caracterizó a Racing este año, fue irregularidad. Racing caía como visitante como local ante Godoy Cruz, pero a la semana siguiente le ganaba el clásico de Avellaneda a Independiente con un gol de Enzo Copetti sobre el final del partido y clasificaba a octavos de final de la Copa Argentina tras derrotar a San Martín de San Juan por penales.
Después, nuevamente aparecería la derrota en el ciclo Pizzi, en este caso ante Arsenal en la previa del debut de una nueva Copa Libertadores. Hubo luego un pobre empate ante Rentistas de Uruguay, pero una victoria ante Colón echaba por tierra los murmullos, que no tenían lugar en la tribuna todavía.
Una serie de buenos resultados le permitieron a Racing clasificar de manera agónica a los mano a mano de la Copa de la Liga y a los octavos de final de la Copa Libertadores. Allí el funcionamiento desapareció casi por completo. Así y todo, el equipo de Pizzi llegó a la definición del campeonato local. Y otra vez una estrepitosa caída ponía al club patas para arriba: Colón lo goleaba por 3-0 y se llevaba la Copa de la Liga.
La segunda parte del semestre, como había ocurrido a principio de año, renovaba esperanzas, pero el desgaste con el DT y los jugadores se hacía sentir. Empate para arrancar el campeonato local y derrota ante San Pablo para la eliminación de la Copa Libertadores en octavos de final.
Nuevamente, algunos resultados le permitieron tomar aire a Pizzi, con victorias ante Sarmiento y Aldosivi en la previa del clásico de Avellaneda. Esta vez, fue derrota ante Independiente en una noche espantosa en todos los aspectos. Así llegó el final del ciclo.
Iban cinco fechas solamente y Racing debía salir a buscar a su segundo DT en el año. Sin embargo, la búsqueda finalizó rápido, ya que Claudio Úbeda, coordinador de inferiores, junto a 'Lagarto' Fleitas y 'Chiche' Arano, se hacían cargo del plantel de manera interina.
Otro viejo axioma futbolero dice que técnico que debuta gana y así fue con el Sifón, que se aprovechó de un apático Newell's. Seguiría un triunfo ante Arsenal y tres empates consecutivos 0-0. Luego otro resultado empardado, pero ante San Lorenzo. Esa racha se cortaría con dos duras derrotas consecutivas ante Talleres y Argentinos. Se sumó la eliminación de Copa Argentina ante Godoy Cruz por penales, en octavos de final.
Mientras los resultados no acompañaban y al equipo le costaba ganar, el público volvía a los estadios. Fue empate 1-1 ante Estudiantes en el regreso de la gente a un Cilindro repleto de murmullos y algo desesperanzado. Y otra vez, la irregularidad daba fin al ciclo de un entrenador: triunfo ante Patronato, pero derrota como local ante Platense y empate frente a Unión. Corría octubre y Racing había tenido dos entrenadores e iba por el tercero.
Otra vez, los nombres en danza eran varios. Capria y la dirigencia decidieron apostar y fuerte: Fernando Gago se convertía en el nuevo DT. El mismo entrenador que había abandonado Aldosivi en zona de descenso tras ocho derrotas consecutivas. La elección no parecía ser la mejor, pero la esperanza volvía a nutrirse.
Fue derrota ante Rosario Central en el debut en Rosario, también fue caída ante el Defensa y Justicia, precisamente, de Sebastián Beccacece. El triunfo llegaría en Tucumán ante Atlético, pero la alegría duró poco con otras dos caídas ante Colón y River nuevamente, dos fantasmas de la Academia este año. Para colmo, el Millonario se consagraba campeón al golear al equipo de Gago.
Nuevamente, la irregularidad y la desesperación por ingresar a la Copa Sudamericana marcaron las últimas fechas de Racing: hubo victoria ante Lanús, derrota contra Huracán y triunfo frente a Godoy Cruz para poder clasificar a una competencia internacional por séptimo año consecutivo.
Antes de cerrar el año, la Academia sufrió la salida de su último máximo ídolo: Lisandro López, quien decidió seguir su carrera en Sarmiento de Junín. Gabriel Hauche, otro viejo conocido, llegó para hacerse referente de un plantel que deberá hacerse fuerte si planea pelear la triple competencia.
La Comisión Directiva de Racing cometió algunos errores no forzados durante el año que, sumados al irregular desempeño deportivo del plantel profesional, hicieron que el socio termine expresándose en su regreso al Cilindro. Los hinchas pidieron, nada más ni nada menos, que el regreso de Diego Milito a la institución.
Para ser precisos, hubo dos momentos en los que la vida institucional del club se vio sacudida. El primero y más resonante llegó con la filtración de los audios de Adrián "Oso" Fernández, integrante de la Comisión Directiva del club desde la llegada de Blanco. En ellos, defenestraba con insultos a Milito.
El ex dirigente, uno de los responsables del Fútbol Amateur e Infantil, ha visto desfilar durante su gestión a grandes exponentes del famoso predio Tita Mattiussi, como Franco Zuculini (categoría 1990), Valentín Viola, Luis Fariña, Esteban Saveljich, Gastón Campi (1991), Yonathan Cabral (1992), José Luis Gómez, Bruno Zuculini, Federico Vietto, Ricardo Centurión (1993), Juan Musso, Juan Dinenno, Roger Martínez, Nicolás Oroz, Rodrigo De Paul (1994), Maximiliano Cuadra, Mariano Bareiro (1995), Gastón Gómez, Facundo Castro, Augusto Lotti (1996), Gonzalo Valenzuela, Kevin Gutiérrez, Brian Mansilla, Lautaro Martínez (1997) y Matías Zaracho (1998).
Fue el propio Fernández, en una entrevista radial, el que intentó calmar las aguas e incluso se proyectó como integrante de una fórmula presidencial junto a Diego Milito. "Lo mejor sería ir juntos en una fórmula con Diego Milito y que él vaya como presidente" sentenció.
Mientras tanto, Víctor Blanco gestiona en un delgado equilibrio que le permitió a Racing presentar un balance superavitario en un contexto totalmente adverso como lo fue el 2020 e incluso proyectar e iniciar obras estructurales en el estadio. Será tiempo de sentarse a reflexionar y pensar en el futuro de la institución tanto adentro como afuera de la cancha. Salud, Racing.