Difícil decir que el 2021 de River no fue un año extraordinario. El éxito deportivo acompañó por triplicado a las huestes de Gallardo, con la consagración en la Liga Profesional, un éxito que le venía siendo esquivo al técnico desde que tomó las riendas del club de Núñez, así lo certifica. Además de la explosión de Julián Álvarez, que tuvo un segundo semestre con nivel top, siendo el goleador del torneo que River se llevó sin dejar dudas.

La yapa del año, sin dudas, fue la decisión de Marcelo Gallardo de continuar al frente del primer equipo. "Elijo seguir estando", dijo el Muñeco el 8 de diciembre, en la antesala del festejo del tercer aniversario de la Copa ganada en Madrid. Eso tranquilizó al club y a las nuevas autoridades, que pudieron comenzar tranquilas su mandato, con el técnico al frente, extendiendo un ciclo que superará los ocho años durante 2022.

Al éxito del 5-0 frente a Racing, con el que River conquistó la Supercopa Argentina en Santiago del Estero, no le siguieron demasiadas alegrías. El primer semestre incluyó la eliminación de la Copa Libertadores 2020 a manos de Palmeiras, dos eliminaciones ante el Boca de Miguel Ángel Russo, ambas por penales y una de ellas con 15 jugadores menos por un brote masivo de coronavirus, y la caída ante Atlético Mineiro, en los octavos de la Copa Libertadores 2021, una de las primeras veces que el River del Muñeco no supo cómo ni tuvo cómo competir mano a mano en el plano internacional. Eso marcó un quiebre: River debió reconstruirse, tragar rápido saliva y rearmarse para ir por el campeonato.

Mientras las piezas se le caían (Matías Suárez, Nicolás de la Cruz, Enzo Pérez, etc), Gallardo iba amalgamando un nuevo equipo, con las jóvenes caras de Santiago Simón, Enzo Fernández (quién no había demostrado mucho hasta ese momento), Benjamín Rollheiser y la improvisación de Robert Rojas como lateral por derecha, luego de la salida de Gonzalo Montiel durante la serie ante Atlético Mineiro y el fallo de Alex Vigo en esa posición. 

La dupla de centrales, con Paulo Díaz y Héctor Martínez, estuvo afianzada desde siempre. Rojas resolvió la derecha y, cuando Fabrizio Angileri se mancó, Milton Casco reapareció en gran nivel. Enzo Pérez fue el líder hasta que una fea lesión contra Platense lo sacó de la cancha. Ahí ingresó un Leonardo Ponzio que gastó sus últimos cartuchos jugando en la consagración ante Racing y unos minutos ante Colón, también en Santiago del Estero. Cuando Ponzio no pudo, Bruno Zuculini dijo presente. Agustín Palavecino debió aparecer cuando Nicolás De la Cruz quedó afuera por una trombosis que lo dejó al margen y la rompió con pases, goles y soluciones para el equipo. 

La figura excluyente fue Julián Álvarez. Marcó 18 goles en la Liga, incluido un doblete a Boca, tres goles a San Lorenzo y cuatro a Patronato. También anotó en la consagración ante Racing por la Supercopa Argentina y ante Colón en el Trofeo de Campeones por duplicado. Además, la Araña también se vistió de asistente: brindó 7 pases-gol en el torneo. Un delantero completo, con un nivel superlativo, que ya aparece en los primeros planos de los grandes de Europa. River apuesta a que Gallardo, más la chance de tener nivel y recorrido para meterse en la lista de Lionel Scaloni pensando en Qatar 2022, haga que decida quedarse el próximo año también. La cláusula de salida del 9 es de €20 millones.

El fin de la Era D'Onofrio: entre aplausos y pedidos de selfies en el Monumental

En lo institucional, River vivió un año político. Con la rareza de que la gran pelea se dio por la minoría, ya que nunca estuvo en duda la victoria del oficialismo, que terminó siendo personificado por Jorge Brito, Matías Patanian e Ignacio Villarroel. La victoria el 4 de diciembre fue de cerca del 70% y Carlos Trillo desbancó a Antonio Caselli para quedarse con el segundo lugar y la primera minoría del club. El paso de mando de Rodolfo D'Onofrio fue atípico. El presidente saliente se retiró como un rockstar y el nuevo mandatario sumó su primer título apenas cuatro días después de haber asumido, formalmente, la conducción del club. Cuestiones que ocurren en River donde, en este 2021, la bonanza dijo presente. 

El gran desafío para la conducción de Brito será poder realizar y encarar la segunda etapa de la obra en el Monumental. Sin fecha, la obra podría contar con el aporte clave de los Naming RIghts y el contrato que River firmó con Socios.com, por el que el club embolsó una suma cercana a los u$s 20 millones que se suman a los que también se aseguró por sellar la prórroga del vínculo con Adidas por 6 años. Esa suma quedará muy cercana a los u$s 60 millones, de los cuales el club recibirá unos u$s 20 millones (el 34,5% del contrato total) en estos días.

La necesidad de la nueva CD será equilibrar los números, pero sin dejar de ver el mercado de pases para asegurarse que Marcelo Gallardo esté conforme, contento y que en 2022 busque hacer lo que pudo en este año que se va: armar un equipo ganador y que represente la filosofía River. En 2021, el objetivo fue cumplido. Veremos qué le depara el 2022 al River del Muñeco. Y de Brito, claro.