Los ecos de la eliminación de Argentinos Juniors en la serie de octavos de final de la Copa CONMEBOL Libertadores se siguen escuchando. Jorge “Polo” Quinteros fue uno de los centenares de testigos de la historia del encuentro entre el “Bicho” y Fluminense. Y puso especial énfasis en el trato recibido en Brasil, en diálogo con D-Sports Radio.

“Nos cagaron a palos. Eramos 900 hinchas. No había motivo para reprimir. Son unos negros salvajes. Nos cagaron a piñas. No se puede contra los brasileños y encima le dan la final en el Maracaná”, se quejó Quinteros, quien fue al mítico estadio brasileño con su familia.

"Ayer al hincha de Argentinos lo cagaron a palos, le pegaron a mansalva. Llegamos y ya la policía nos miraba con cara de culo. Estuvieron provocadores todo el tiempo. Esperaron que pase algo para cagarnos a palos. Son salvajes", destacó un muy enojado Quinteros.

No obstante, el exdelantero remarcó la actitud del equipo de Gabriel Milito para la revancha ante el “Flu”: “Me siento orgulloso del equipo. Con todas las dificultades que tuvimos el equipo respondió. El plantel va al frente, corre, mete, juega, no se desespera”, analizó el “Polo” en diálogo con “No Veo la Hora”

“Milito es un gran entrenador, sabe transmitirle lo que quiere a los jugadores. Fui a Brasil, sabiendo que al equipo lo iba a aplaudir", se emocionó el exatacante del conjunto de La Paternal

El “Polo” debutó en Primera División y se retiró de la actividad en el “Bicho”. En 1993 debutó en Argentinos Juniors, donde jugó hasta 1997, cuando pasó al Padova de Italia por una temporada. 

Un año después volvió al club de La Paternal por otra temporada antes de confirmarse su pase al Mallorca de España. Tras su regreso al fútbol argentino, jugó en San Lorenzo, entre 2000 y 2001, donde salió campeón del Torneo Clausura de aquel año. Le siguieron Chacarita, Talleres de Córdoba y, una vez más, el Bicho. En 2004 fue vendido a Universidad Católica, donde también salió campeón del Torneo Clausura en 2005 y se quedó hasta principios de 2006. Ese mismo año volvió a La Paternal para despedirse del club de sus amores y darle un cierre definitivo a su carrera futbolística.