Un futbolista que jugó en Racing y que tuvo un gran rendimiento en el fútbol argentino, pasó por terribles momentos familiares que lo sumieron en una profunda depresión. Con ayuda, pudo superarlo y terminó trabajando en una juguetería.

Se trata de Mario Regueiro, exfutbolista uruguayo que dejó su huella en Argentina con muy buenos partidos en Lanús. También tuvo un breve paso por la ‘Academia’, donde jugó poco. Por desgracia, fue justamente durante su etapa en el fútbol argentino que le tocó atravesar varias tragedias.

El asesinato de dos sobrinos, la muerte de su sobrina y el suicido de su hermana, hicieron que Regueiro se hundiera en un pozo depresivo del que le costó mucho salir. Después de su retiro, en 2015, empezó a trabajar en una juguetería con su familia.

La historia de Mario Regueiro

Mario Regueiro tuvo un breve paso por Racing.
Mario Regueiro tuvo un breve paso por Racing.

Habilidoso enganche y delantero, Regueiro tuvo una larga carrera que empezó y terminó en Cerro de Uruguay. En el medio, pasó por Nacional de Montevideo, Racing de Santander, Valencia, Murcia, Aris Salónica (Grecia), Lanús, Racing y Defensor Sporting.

Sus problemas familiares comenzaron en 2011, cuando dos sobrinos suyos fueron asesinados en un ajuste de cuentas. Dos años después de ese durísimo golpe, en 2013, le tocó afrontar también la pérdida de su sobrina, quien murió en un accidente de tránsito. La siguiente desgracia tuvo que ver con su hermana, madre de la joven, quien se suicidó.

Todas esas situaciones obligaron a Regueiro a buscar ayuda profesional. “Cuando yo arranqué la depresión no me di cuenta. Una vez que lo pude asimilar ya estaba enfermo. No tenía ganas de salir a la calle, me quería encerrar, tirarme a la cama y ni ver a mi mujer ni a mis hijos”, comentó el exfutbolista en una entrevista con Olé, en 2020.

Regueiro en su juguetería.
Regueiro en su juguetería.

Luego de un largo trabajo con su salud mental, Regueiro pudo volver al fútbol y darle un cierre a su carrera. Lo que siguió fue la apertura de una tienda de juguetes junto a su esposa en Montevideo, Uruguay.

Fue la mejor decisión que pude tomar. Me ayudó a seguir adelante, a mantener la cabeza ocupada. Pasé de patear pelotas a envolverlas para regalo”, destacó Regueiro, quien recuperó la felicidad junto a sus seres queridos.