Si Gustavo Quinteros fuera médico, podría decirse que tenía en sus manos a un paciente muy delicado, Vélez, al que un shock infeccioso depositó en terapia intensiva. El virus: la goleada inapelable de River en el Monumental 5-0, en la tercera fecha de la Copa de la Liga.

Es cierto que se había restablecido de una dolencia terminal que lo hizo coquetear con el descenso en la temporada anterior, pero la recaída en Núñez fue motivo de nueva internación y de un trabajo fino que comenzó ese mismo día con las críticas del propio DT.

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Un par de meses después y a la luz de la evolución, Quinteros explicó que "en ningún momento hablé solo de los jugadores, siempre estuve involucrado: no corrimos, no ganamos los duelos, no tuvimos actitud. Siempre involucrado yo como el máximo responsable. Los jugadores saben que cuando hay una derrota o el equipo juega mal, el responsable soy yo porque yo elijo a los jugadores y hago los cambios".

Y amplió: "Cuando el equipo no juega bien, ellos lo saben y yo lo hago público. Y cuando el equipo juega bien y gana, siempre los méritos van a ser de todos también, y yo incluido. Porque hay algunos que dicen que no, que es mérito de los jugadores solamente. No hay que mentirle a nadie".

En diálogo con ESPN, el conductor que finalmente llegó para trabajar en la Argentina luego de haber coqueteado con Independiente, por ejemplo, confesó que "sentí una herida muy grande, ese día no me gustó para nada y a veces hay que meter el dedo en la herida para después conseguir lo que conseguimos. Todos cambiamos la mentalidad: cuerpo técnico, staff, jugadores y demás. Empezamos a pensar distinto, a trabajar muchísimo en lo anímico y lo mental con la ayuda de un psicólogo".

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Y cerró su reflexión: "Es un grupo de jugadores que viene de una temporada difícil desde el comienzo. Hubo que cambiar todo; pensar en pelear arriba y dejar de pensar hacia abajo no es fácil. Llegué y cambiamos el sistema de juego y empezaron a entrar jugadores que el año pasado no participaban porque era otro sistema. Hubo muchos cambios y cuando los hay, puede suceder lo que pasó ante un equipo que ese día estaba con todas las luces. Nos hicieron dos goles con pelota parada y marcamos mal. Había que cambiar todo a partir de ahí y se consiguió".

Este domingo Vélez logró su pasaporte a la final de la Copa de la Liga, el alta definitiva para un paciente que ya goza de buena salud, más allá de cualquier resutado el domingo próximo, en Santiago del Estero.

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