Andrés “Pillín” Bracamonte fue asesinado a balazos en la noche del sábado 9 de noviembre. De ese modo se puso punto final a su rol de líder de la barrabrava de Rosario Central, lugar que ostentaba desde hace décadas. Sin dudas, el hecho quedará marcado dentro de la historia del fútbol, pero también dejará secuelas en otros ámbitos.

Ampliar contenido
X de doble amarilla ⭐️⭐️⭐️

Bracamonte lideraba la barra del “Canalla” desde hace más de 25 años. Se asoció el 1ª de junio de 1998 y su trascendencia cruzó a varias generaciones de hinchas. No iba a la cancha hace tiempo, ya que tenía derecho de admisión. Sin embargo, su vida no tenía que ver únicamente con lo que ocurría en la tribuna auriazul.

En 2020, “Pillín” fue detenido y liberado bajo fianza en una causa por lavado de dinero. En 2023 ocurrió lo mismo, pero en el marco de una causa que investigaba una asociación ilícita que fue denunciada por múltiples extorsiones. Además, comprobaron que controlaba al menos seis chapas de taxi en la ciudad de Rosario y le secuestraron varios vehículos, más de $ 2.500.000 y cuatro teléfonos.

A principios de los 2000 ya estaba al mando de “Los Guerreros”, luego de sacarle el puesto a los hermanos Bustos (Carlos y Juan Alberto). Aunque en 1996 ya había sido denunciado por “extorsión” a dirigentes del club. Es decir, su nombre está aparentado a todo tipo de delitos. Y también al fútbol, porque ahí comenzó su “carrera”.

Los 29 intentos de asesinato que sufrió “Pillín” Bracamonte

Si hablamos de "carrera", la vida de Bracamonte estuvo marcada a fuego (literalmente) por los atentados contra la misma. En 2002, poco tiempo después de subirse al paravalanchas más importante, intentaron matarlo en la puerta de un gimnasio y le dieron cuatro disparos.

Tiempo después, en 2006, fue atacado a balazos y, según su versión de los hechos, quien quiso matarlo fue ni más ni menos que un sicario que cobró $1000. El agresor habría sido contratado por los ya mencionados hermanos Bustos, a quienes “Pillín" había destronado.

Así fueron pasando los años, las peleas, las riñas, las "batallas", las balas que picaban cerca, hasta uno de los ataques que tomó más trascendencia. En agosto de este año, mientras se jugaba el Clásico Rosarino, sufrió un disparo en la espalda en inmediaciones del parque Alem e ingresó por sus propios medios al Hospital de Niños Zona Norte. Allí se le realizaron curaciones y quedó fuera de peligro.

Un “escapista” de la Justicia: la relación con Los Monos

La figura de “Pillín” Bracamonte fue creciendo con el tiempo y, a diferencia de jugadores, entrenadores y dirigentes, su nombre seguía ligado a Rosario Central, aunque desde un lugar poco feliz. Tan así es que su “carrera” le permitió llegar al círculo íntimo de la banda delictiva conocida como “Los Monos”.

Esto no fue una conjetura o suposición policial/periodística, ellos mismos se encargaron de mostrarlo al mundo cuando asistió al cumpleaños de 15 de Mariana Cantero, hermana menor de la familia, y se lo observó compartieron la velada junto a varios integrantes como “Monchi” y Guillermo.

Otra muestra de ese vínculo poco feliz fue cuando en noviembre de 2015, en un partido ante Boca, la barra “Canalla” desplegó una bandera en homenaje al por entonces asesinado Claudio “Pájaro” Cantero. “Dios le da las peores batallas a sus mejores guerreros”, decía el trapo.

Bracamonte generó lazos entre la barra de Central y Los Monos

Derecho de admisión, pero libertad para casi todo

Hubo un tiempo en que “Pillín” Bracamonte era amo y señor de la tribuna. Una muestra de esto fue cuando en 2010, previo al Mundial de Sudáfrica y pese a tener dos causas judiciales abiertas, la Justicia le dio el beneplácito para viajar al continente africano como parte de Hinchadas Unidas Argentinas. Aunque esto no pudo concretarse, ya que luego de pisar territorio sudafricano, fue deportado por sus antecedentes.

Igualmente, el jefe de la barra de Rosario Central tenía su “quintita” bien cuidada. Si bien protagonizaba directa o indirectamente varios hechos de violencia, no fue hasta 2018 cuando recibió un “derecho de admisión” producto de ser visto vendiendo entradas de protocolo en la puerta del estadio de Lanús, en un partido de Copa Argentina. Aunque solo pesó para la Provincia de Buenos Aires.

La prohibición de ingreso a su cancha recién llegó luego de ir a prisión y ser liberado bajo fianza a fines de 2023. Desde entonces, Bracamonte no podía entrar a las tribunas. Por lo que cada vez que Rosario Central jugaba como local, “Pillín” iba al Parque Alem y cuando terminaba el partido volvía a casa a los suyos.

Esa misma secuencia estaba planeada para la noche del sábado, momento en que el equipo de Matías Lequi se enfrentó al de Miguel Ángel Russo, aunque el destino tenía pensado otros planes para Bracamonte. O tal vez eran los mismos planes de otras tantas veces, pero con un final distinto.