La historia de superación de Ezequiel Zanuttini, el primer triatleta asistido del país con parálisis
El deportista competirá este domingo 6 de noviembre en el Ironman de Palermo en la distancia olímpica: 1500 metros nadando, 40 kilómetros en bicicleta y 10 kilómetros corriendo. Estará guiado por el triatleta Eduardo Baixauli. “Es desafiar al destino y va a marcar un antes y un después en mi vida”, aseguró.
Ezequiel Zanuttini tiene 31 años, nació en Mar del Plata y vive junto a su madre Silvana en el barrio de Agronomía de la Ciudad. Es un apasionado del deporte, un luchador y este domingo 6 de noviembre cumplirá su gran sueño: se convertirá en el primer triatleta asistido del país con parálisis cerebral, participando del Ironman 5150 de Buenos aires en la distancia olímpica (1500 metros de nado, 40 km en bici y 10 km de pedestrismo) junto a Eduardo Baixauli, triatleta y ultramaratonista, que será su guía en el Triatlón.
“Teniendo una cuadriplejía y una parálisis cerebral nunca pensé en mi vida que iba a estar ni cerca de una carrera, y menos de un Triatlón, así que poder vivirlo es muy emocionante. Es desafiar al destino y sé que va a marcar un antes y un después en mi vida”, señaló Ezequiel.
Será la primera vez que un atleta con parálisis cerebral participe en esta competencia. Ezequiel en su vida cotidiana se traslada en una silla de ruedas a motor y para participar del Triatlón debieron adaptar varios elementos para las distintas instancias.
Ezequiel es Licenciado en Publicidad con orientación en Planificación Estratégica recibido en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa). Practica buceo asistido en pileta y mar y desde hace 5 años forma parte de diferentes competencias deportivas, siendo parte de la Fundación para el Atletismo Asistido.
En los días previos a este desafío no oculta su felicidad: “Es sentirme como un atleta, sentir los pasos y saber cómo se siente, algo que antes ni me imaginaba. Sentir los pasos y la respiración de tu equipo es espectacular, te hacen sentir como un corredor más”, expresó.
“Es sentir la emoción, la adrenalina, me puedo poner en la piel de los demás, ver el esfuerzo que pone Eduardo para que yo corra y pueda ser feliz, eso es lo que más me gusta. Es algo muy altruista, no hay egos”, agregó.
El Ironman 5150 volverá a disputarse en la Ciudad después de 4 años, con la participación de mil quinientos corredores, que se enfrentarán al desafío de cubrir 1,5 kilómetros a nado en el lago Regatas, 40 kilómetros en bici por Lugones y 10 kilómetros corriendo dentro de los bosques.
Por primera vez una persona con parálisis cerebral afrontará esta exigente prueba, que en este caso será la distancia olímpica, a través de la conformación de un equipo que contará principalmente con el atleta asistido junto al atleta guía y un grupo de voluntarios y profesionales que colaborarán en las transiciones entre agua, bici y running, además de asistirlos en todo el recorrido a modo preventivo.
En la primera etapa Ezequiel irá en un bote inflable reforzado de 2,40 metros de largo por 1,02 de ancho, con su respectivo salvavidas colocado y con una soga de 2 metros sujeta a la cintura de Eduardo Baixauli, su atleta guía, buscarán completar la distancia de 1500 metros del lago Regatas. Dos voluntarios asistentes desde sus kayak los acompañarán, pero solo el triatleta guía impulsa al triatleta asistido que está en el bote.
Al finalizar la primera etapa se ingresa al parque cerrado para hacer la primera transición del agua a la bicicleta. Para esta etapa se fabricó especialmente una “especie de trineo”: el Handbike, que va a ir acoplado al eje trasero de la rueda. Aquí dos voluntarios asistentes colaborarán en la transición del atleta asistido del bote a la silla de la bici en la cual recorrerán 40 kilómetros por Figueroa Alcorta, Lugones e Illia. Dos voluntarios en sus bicis van a acompañar en el trayecto, uno para el cuidado del guía y otro al cuidado del triatleta asistido.
Para la etapa final se regresa al parque cerrado para la segunda transición, se deja la bicicleta y se da inicio a la última fase de la competencia que contempla 10 kilómetros a pie dentro de los bosques de Palermo. Ezequiel realizará esta última etapa en una silla estilo triciclo junto a su guía.
“Somos un equipo, vamos preguntándonos como vamos, como nos sentimos, cuando agarrás la silla es como que tus piernas ya le pertenecen a él, es mágico*. Ya no estás corriendo vos: el poder prestarle los brazos y las piernas es un desafío hermoso, es una conexión increíble”, describió Eduardo Baixauli, su atleta guía.
Eduardo tiene 37 años, es de Zona Norte y conoció la Fundación gracias a otro maratonista, Fernando Bolinaga, que tiene a su hermana Gilda con parálisis cerebral. “Un día me llamó, faltaba uno para correr con la silla. Así arranqué en 2018. A partir de ahí la conexión que hubo con ella fue increíble, estaba en estado vegetativo y cuando empezó a correr se le transformó la cara, era otra persona, se reía, balbuceaba, cantaba, estaba ahí, le volvió la sonrisa a la cara”, recordó.
La preparación para la carrera es intensa, con entrenamientos con el doble de carga, crossfit, trabajando la técnica sobre una buena base de fuerza. Ezequiel al tener la movilidad solamente de sus dedos necesita imperiosamente la ayuda de su atleta guía. “Estoy muy contento, hay veces que no puedo dormir porque estoy muy emocionado. El entrenamiento físico lo hace Eduardo y los chicos de la Fundación, los voluntarios, yo me centro en disfrutar de la carrera. La Fundación y los voluntarios hacen que pueda sentir la sensación de estar corriendo, sentir la previa, sentirme parte de un círculo, de un grupo”, resaltó el triatleta asistido.
Este proyecto, que está impulsado por la Fundación y es apoyado por el Gobierno de la Ciudad a través de COPIDIS, convertirá a Ezequiel en el primer triatleta asistido en nuestro país. Si bien el joven ha participado de carreras de 10, 15, 21 y 42 kilómetros, que lo convierte en maratonista asistido, este triatlón lo ubicará como “triatleta asistido”.
Tal es la expectativa que esta iniciativa genera y su mensaje hacia otras situaciones similares para el futuro, que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires con el apoyo de distintas áreas del Gobierno porteño declararon a Ezequiel y Eduardo como Personalidades destacadas del Deporte, con el fin de amplificar su mensaje y la huella que este importante hito deja para los atletas asistidos y las personas con discapacidad.
Ironam, triatlón nacido a fines de la década de los '70, se convirtió con los años en la prueba más exigente, antigua y prestigiosa del mundo. Es una competencia deportiva que consta de 3 disciplinas: natación, ciclismo y pedestrismo. Se lo considera uno de los deportes más duros que existen en el panorama competitivo internacional actual.
Estas competencias se llevan adelante en más de 30 países con más de 250 eventos deportivos. Buenos Aires ya había sido sede de un Ironman en 2018, en este mismo escenario, con gran cantidad de espectadores y corredores.
El día 6 de noviembre en la Ciudad de Buenos Aires se inaugura la temporada de Ironman del año, ya que luego, el domingo 4 diciembre se celebrarán dos competencias al mismo tiempo: el Ironman en su versión full y el 70.3, que se harán en la ciudad de Mar del Plata, en todos los casos bajo la organización de Event Sports.