Murió Lucas González, el juvenil de Barracas Central baleado por la Policía de la Ciudad
El futbolista de 17 años estaba internado en el hospital Penna, diagnosticado de "muerte cerebral". Cintia, su madre, se enteró de la peor noticia en el medio de una marcha para reclamar justicia. La familia denuncia "gatillo fácil". Los policías responsables de la muerte fueron apartados de la fuerza y están siendo investigados.
Se confirmó la muerte de Lucas González, el juvenil de 17 años de Barracas Central que fue baleado por la Policía de la Ciudad en la madrugada del miércoles. Estaba internado en el Hospital General de Agudos Dr. José María Penna con un diagnóstico por "muerte cerebral". Su madre, Cintia, se enteró al aire mientras participaba de una marcha para reclamar justicia. La familia denuncia que se trata de un caso de "gatillo fácil".
Los familiares del futbolista eran conscientes de que el cuadro de salud de Lucas era muy delicado. Su madre, en la madrugada de este jueves, había declarado que estaba "en manos de Dios". El futbolista recibió dos balazos en la cabeza por parte de la Policía de la Ciudad en una confusa persecución que todavía no terminó de ser esclarecida.
En la previa de este triste desenlace, la madre de Lucas González se había contactado con Presidencia para ser recibida por Alberto Fernández, con el cual se iba a encontrar en Casa Rosada a las 19 horas. Con esta última noticia, el encuentro quedó reprogramado.
Barracas Central, al enterarse de la noticia, lanzó un comunicado enviando sus condolencias a los familiares y estableciendo tres días de luto sin ningún tipo de actividades sociales ni deportivas en el club.
Por otra parte, el ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, a través de la Oficina de Transparencia y Control Externo les inició un sumario administrativo a los tres miembros de la Policía de la Ciudad involucrados en el hecho de Barracas.
Mediante esta medida, se los desafecto de la función operativa y se los pasó a disponibilidad. Se aguarda una determinación de la Justicia para poder tomar medidas al respecto.
La reconstrucción del hecho
El caso ocurrió ayer a las 9:30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran. Al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de la brigada de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.
La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante. Dos de sus amigos fueron detenidos en el momento y un tercero escapó, aunque mas tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido.
Esta mañana, Javier, padre del chico que manejaba la Suran, expresó que según le adelantaron en el juzgado de menores que tiene la causa, su hijo y los otros dos jóvenes detenidos "serán liberados en las próximas horas y declararán como testigos en la causa" en la que se investiga el accionar policial. Efectivamente, los jóvenes ya fueron liberados en la mañana de este jueves.
Ayer, tras conocerse el hecho por fuentes policiales, la primera información indicaba que a raíz del episodio dos policías resultaron heridos con politraumatismos leves al ser embestidos por los chicos cuando quisieron detenerlos porque supuestamente estaban armados. En el auto, fue hallada una réplica de plástico de un arma, pero según la mamá del herido nunca pudo haber sido vista por la policía porque la hallaron en el baúl. "La encontraron recién a la noche, una réplica y en el baúl", dijo Cintia, al considerar que el arma fue "plantada".
Al igual que Cintia, los demás familiares de los chicos detenidos rechazaron la versión policial y aseguraron que no habían cometido ningún delito y que acababan de salir de un entrenamiento, ya que se habían ido a probar a las divisiones inferiores de Barracas Central.
Ante esta situación, el Juzgado de Menores N°4, a cargo del juez Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA).
El juez ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermotest para determinar cuál de ellos efectuó disparos.
Desde la Coordinadora contra la Represión Policial Institucional (Correpi) denunciaron que se trata de un nuevo caso de "gatillo fácil". "Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unxs chicxs que volvían de jugar al fútbol en Barracas. Uno de ellos está gravemente herido en el Hospital Penna. No es un confuso episodio, es gatillo fácil", publicó el organismo en sus redes sociales.