El fútbol ecuatoriano vivió un momento de verdadero terror en el marco de un partido barrial en la provincia de Orellana, entre los equipios Nuevo Coca y Chimborazo. Cuando transcurrían apenas nueve minutos de partido, se produjo un intento de sicariato.

Una motocicleta con dos hombres irrumpió en el campo de juego, luego lanzaron disparos al aire y el caos se instaló de forma inmediata. Tanto futbolistas como espectadores corrieron a toda velocidad con el objetivo de buscar refugio. Este episodio cobró notoriedad debido a que el juego se estaba emitiendo en directo por intermedio de una transmisión amateur.

Uno de los sicarios persiguió con su arma a un integrante del público, quien se dirigía hacia donde estaba la cámara de la emisión. Al no poder dar con él, volvió a la moto y huyó junto a su compañero, mientras ambos continuaban disparando al aire.

El episodio no terminó con víctimas fatales, afortunadamente. Al mismo tiempo, las autoridades locales no informaron qué sucedió con los delincuentes ni tampoco si investigaron acerca de las causas de este ataque.