Hace poco más de dos semanas, Alejandro “Papu” Gómez rompió el silencio al hablar por primera vez de manera pública de la sanción recibida por doping positivo, cómo también del duro momento que le tocó atravesar en lo personal y deportivo.

En las últimas horas, el ex mediocampista de la Selección Argentina volvió a referirse al tema de una manera más puntual y a corazón abierto: “Creo que es de lo peor que le puede pasar a un deportista, salvo una lesión importante: un caso de doping. En mi caso, imagínate, viviendo el mejor momento de mi carrera, por estar en una final de un Mundial, abro el correo de mail y veo CELAD”, relató. 

En la misma línea, contó: “Veo el email ahí: Alejandro Gómez, CELAD, antidoping, positivo, terbutalina. Digo, ¿qué es esto? No entendía nada. Cuando le pregunto al doctor qué era 'terbutalina', me dice que generalmente está en los jarabes para la tos. Inmediatamente voy a preguntar a mi mujer si había algún jarabe de tos en casa que tenga esta sustancia. Y sí, había un jarabe para la tos que se llama Flutox. Y ahí me di cuenta que me había tomado el jarabe del niño. Y bueno, ahí te juro que enfermé”, confesó en el mano a mano brindado a Relevo.

Tal como mencionó días atrás, hizo mención al destino y una frase que dijo en la intimidad: “Siempre digo que las cosas pasan por algo. Muchas veces decía de broma: “Si gano el Mundial yo no juego más al fútbol”. Y gané el mundial, jugué un par de meses y fui suspendido”.

En el mismo pasaje, marcó: “Estuve dos días antes de la final malísimo, con fiebre, pensando en qué podía llegar a pasar, no sabía si me iban a suspender en el momento, si cuando pise el campo en la final o después de la final. No tenía ni idea. Ahí empezó el proceso burocrático con los abogados y CELAD”. 

“En el momento no quise decir nada porque no me parecía justo y sería de mi parte muy egoísta con el partido más importante todas nuestras carreras decir algo así, no había que correr el foco de esta situación y el partido. Después sí se lo comunique al técnico, al doctor y a algunos compañeros con los que tenía más confianza”, comentó. 

A su vez, narró el cúmulo de sensaciones producto de la conquista mundial y el saber que sería sancionado: “Una vez terminó el partido tenía la sensación de felicidad por haber conseguido el título y, por el otro lado, el vacío de esa incertidumbre de no saber qué va a pasar con mi futuro. No sabía si me iban a suspender en el momento o después de una semana. Un campeón del mundo que iba a salir en las noticias: la gente piensa cualquier cosa con este tema del doping, piensa que uno se droga y al final no tiene nada que ver”. 

En otro pasaje, resaltó el gesto de Lionel Scaloni para con él: “Scaloni me llamaba cada dos o tres meses, me escribía preguntando cómo iba todo, si había novedades. Siempre se mostró muy cercano a mí, siempre se preocupó por todo. A ver, no me podía ayudar mucho, pero siempre se mostró muy solidario y es una de las personas que siempre estuvo muy pendiente de todo”. 

El momento de la noticia y el motivo de su silencio

Conocida la noticia, “Papu” Gómez se llamó a silencio, por un motivo en especial que resaltó en la entrevista: “Me lo tuve que guardar por 10 meses porque no sabía qué iba a pasar. Estaba en proceso la suspensión. Entonces yo tenía que esperar a que saliera la resolución, que no sabía cuándo iba a salir, ni sabía cuánto tiempo, no sabía si me iban a dar un mes, dos meses, seis o un año”.

“Entonces yo me lo estuve guardando por diez meses y todo ese proceso interno fue horrible porque yo jugué diez meses al fútbol sabiendo que tal vez... Todos los días me levantaba pensando que, bueno, hoy me van a suspender”, admitió y, a la vez, añadió: “Fue un momento feo, duro, sobre todo porque te explota el teléfono. Imagínate, te escribe todo el mundo, periodistas, que qué pasó. Te soy sincero, dormía poco, me levantaba a las 4 o 5 de la mañana todas las noches, me costaba respirar con ataques de ansiedad”.

Sus sospechas en torno al Sevilla y CELAD

En otro pasaje, Gómez dejó en claro que el accionar de su ex club fue sospechoso: “Me deja ciertas dudas”, subrayó y expresó: “Esto lo sabía Monchi, esto lo sabía el presidente, José María del Nido junior. Yo sé que los abogados míos quisieron hablar con los abogados del club y me cerraron las puertas en ese momento. Ellos me comunicaron que ellos no se hacían cargo de nada, que me dejaban completamente solo en esta situación”.

Por otra parte, dijo: “Después del Mundial y los festejos, me entero que el Sevilla había echado el médico principal del club. Y esto también me había llamado la atención. No sé si lo echaron porque había muchos lesionados o porque se habían enterado de algo de lo mío... Y entonces pasó el tiempo, pasaron esos 15 días y yo ya no pude hacer nada”, en relación a una posible apelación. 

En el mismo momento, pusieron de ejemplo la sanción que recibió Raúl de Tomás por parte del CELAD en otro caso de doping positivo, a quién le cambiaron la sanción de cuatro años y una indemnización económica.  

Ante ello, Alejandro soltó: “Me llama la atención de los hechos y de por qué uno un mes y el otro dos años. ¿Por qué a mí la pena máxima y por qué a él nada? La multa económica es lo de menos porque somos jugadores de primer nivel que ganamos muchísimo dinero, le podrían haber puesto un millón de dólares de multa que la hubiera pagado con tal de no ser suspendido”. 

“Me causa gracia porque la CELAD, durante muchísimos años, hicieron las cosas muy mal. Está a la vista todos los casos de doping que han cubierto y me da la sensación de que conmigo se quieren colgar la medalla”, tiró y concluyó: “Entonces no logro entender por qué tanta maldad conmigo. Yo no quiero ir de víctima ni nada. Yo el error lo cometí, yo el jarabe me lo tomé, pero no por eso me tengo que comer dos años suspensión”.