Comienza la Copa Árabe de Qatar: el último ensayo para el Mundial de invierno
En las mismas fechas, con un calendario y unas condiciones meteorológicas similares y en seis de los ocho estadios que albergarán la próxima Copa del Mundo, la recuperada competición arranca este martes como el examen casi definitivo para la FIFA y el organizador asiático del próximo certamen ecuménico.
A apenas a poco menos de un año vista del primer mundial invernal de la historia, 16 selecciones procedentes del Oriente Medio y el norte de África dirimirán un título menor que se disputó por vez primera en el Líbano en 1963 y que se interrumpió en 2012 a causa de las llamadas “primaveras árabes”, una ola revolucionaria democratizadora que arrancó en Túnez y que una década después no es más que un recuerdo marchitado.
El objetivo para la anfitriona, Qatar, además de tratar de alzar su primer trofeo internacional, es comprobar que todo funciona: la climatización de los estadios, los medios de locomoción, los centros de registro y acogida de periodistas, los tornos de acceso, la domótica y el resto de los avances tecnológicos que harán del “Mundial Árabe” el más moderno de la historia.
También los hoteles y los centros de animación y recepción de hinchas, aunque no se espera que acudan numerosos visitantes extranjeros para disfrutar de un torneo descafeinado, ya que no participarán las grandes estrellas árabes y africanas, que no han sido liberados por sus respectivos clubes europeos.
Los partidos se disputarán en seis de los ocho futuristas coliseos que albergarán la fase final de la Copa del Mundo, algunos de ellos recién rematados. Al margen de esta competición solo quedarán el Estadio Internacional Khalifa, el más antiguo del país, construido en los años setenta y objeto en 2016 de una ambiciosa remodelación que lo colocó a la vanguardia de los teatros balompédicos, con capacidad para unos 40.000 espectadores.
Este estadio fue el primero en lograr la clasificación del sistema de educación sostenible Global y en 2019 ya albergó los Campeonatos del Mundo de Atletismo, así como partidos del mundial de clubes de la FIFA.
Y el coliseo Lusail, la joya de la corona catarí, diseñado con la forma de los cuencos dorados tradicionales árabes en los que se ofrecen los dátiles a las visitas, y que con espacio para 80.000 espectadores será sede de la final mundialista.
El partido inaugural de la Copa Árabe lo disputarán Túnez, primer país en alzar el trofeo en 1963 y primera selección africana en el ranking FIFA, y Mauritania.
Y lo harán en el estadio Ahmad Bin Ali, un complejo multidisciplinar reciclado, hogar el equipo local Al Rayyan, diseñado para reducir la huella de carbono y que supone,, además, un atractivo centro de compras y negocios al tener a su vera el lujoso “Qatar Mall”.
La final de consolación se disputará el 18 de diciembre en el espectacular Estadio 974 Ras Abu Aboud, el primero totalmente desmontable de la historia de los mundiales, con capacidad para unos 40.000 aficionados.
Creado con acero reclinado y un sistema de contenedores que evita la necesidad de aire acondicionado gracias a las corrientes de aire, al termino de la copa del mundo será desmontado para rehacer otras instalaciones deportivas más pequeñas.
El “Al Bayt Stadium”, situado a unos 43 kilómetros de la capital y que asemeja los típicos mazos de alfombras en los bazares árabes, acogerá el mismo día la final, para la que son favoritos Egipto, Argelia y Marruecos, pese a que no contarán con sus principales figuras, y Túnez, una de las pocas que llevará su escuadra de gala.
También estarán los equipos titulares de Qatar, que debutará en una fase final del Mundial y de Arabia Saudita, que en febrero y marzo se jugará la clasificación para la fase final con Australia con sus dos grandes rivales en el grupo B de Asia, Japón y Australia.