La Selección de Brasil, una de las más ganadoras de la historia, protagonizó en suelo argentino uno de los episodios más curiosos de los que se tenga registro. En el Campeonato Sudamericano de 1937, torneo antecesor a la Copa América, tuvo que salir a jugar un partido con la camiseta de Boca.

Todo ocurrió por un problema con la indumentaria. En aquellos tiempos, no era usual que las selecciones sudamericanas tuvieran camisetas alternativas. Y cuando se cruzaban dos equipos con colores similares, era un verdadero dolor de cabeza. Esto mismo fue lo que le pasó a Brasil, que jugaba con camiseta blanca y debió cambiarse dos veces para diferenciarse de sus rivales. 

Brasil usaba camiseta blanca en aquellos tiempos.

En la primera fecha, ante Perú, los brasileños debieron usar la camiseta de Independiente, ya que los incaicos habían llevado una casaca blanca. En la jornada siguiente se repitió el problema, esta vez contra Chile, que aún no vestía de rojo como en la actualidad y también lucía el blanco como color principal.

Por sorteo, los organizadores determinaron que los brasileños debían cambiar nuevamente de indumentaria. Como el partido se jugaba en la cancha del "Xeneize", la solución fue vestir a Brasil con la camiseta azul y oro.

Así fue el partido de Brasil con la camiseta de Boca

Los jugadores de Brasil con la camiseta de Boca.

El encuentro se jugó el 3 de enero de 1937 en la vieja cancha de Boca. Las versiones de aquella época aseguran que un colaborador del seleccionado brasileño era fanático del "Xeneize" y también tenía buena relación con la Comisión Directiva, por lo que decidió pedir varias camisetas de Boca para que las usaran los jugadores de Brasil.

De esa manera, el "Scratch" jugó todo el encuentro con la azul y oro, situación que fue inmortalizada por los fotógrafos de aquella época. Terminó ganando 6-4, con un doblete de Patesko, otros dos goles de Carvalho Leite, un tanto de Luisinho y uno de Roberto. En tanto, para Chile anotaron José Avendaño, Raúl Toro (en dos ocasiones) y Guillermo Riveros.