(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) “¿Para qué voy a entrar yo? Tenemos que ganar, no empatar" espetó Daniele De Rossi en pleno banco de suplentes de San Ciro cuando le indicaron que debía ingresar. Italia empataba sin goles, debía ganar, se estaba quedando afuera del Mundial y el legendario mediocampista defensivo de la Roma señaló a Lorenzo Insigne, delantero del Napoli, que insólitamente vio el partido de la eliminación italiana desde el banco de suplentes. 

Finalmente no entró ni uno ni el otro. El encarnizado pedido del campeón del mundo en 2006 no surtió efecto y el crack del Napoli se quedó en la banca, sin poder demostrar su calidad en el partido que Italia más lo necesitaba. 

"Fue un momento agitado y pedí que entraran los atacantes. Tal vez Insigne o El Shaarawy podrían servirle al equipo más que yo", dijo tras el partido. El Shaarawy si ingresó, pero no pudo desnivelar. Insigne, lo vio de afuera.