Cuentan aquellos que conocen en profundidad a Mauricio Pellegrino, que el Flaco no es de declaraciones fuertes o sobresalientes. Lo suyo siempre fue el perfil bajo. De hecho, pocos recuerdan que, en su etapa de jugador, más allá de ser referente en el Vélez de Bianchi, pasó dejando una huella en clubes españoles como Valencia y Barcelona, precisamente. Y ante este club, uno de sus ex clubes en defnitiva, va a dirigir al Alavés en el choque por la final de la Copa del Rey. Su equipo está ante una verdadera final del mundo. O así lo interpreta el Flaco, en una nota que le dio al diario deportivo español Marca. 
-¿Cómo se frena al Barcelona?
-¡Ojalá lo supiera! Yo me guío por cómo están mis jugadores, por cómo se sienten. Lo que aspiro como técnico es a que juguemos un partido con la misma dinámica con la que estamos actuando hasta ahora. Con total naturalidad, disfrutando, pero sabiendo de la exigencia. Es una final y nos jugamos una gran oportunidad, pero debemos ser nosotros mismo. Yo siempre estoy satisfecho cuando hago todo lo que está a mi alcance y eso les digo a mis chicos. Estamos preparados para competir.
-¿Tienen chances?
-Tenemos nuestras posibilidades. En los deportes de equipo, lo bonito es que podés soñar con que es posible. ¿Cuál es la diferencia entre ellos y nosotros? En calidad, en dinero... ¿500, 600, 700 millones? El fútbol te permite ser superior en algún aspecto del juego.
-¿Cuál es la clave para ganar?
-Imponernos en los aspectos en los que el equipo es más fuerte. Ellos tienen una capacidad de juego que nosotros no tenemos y nosotros tenemos cosas que ellos no tienen. Los partidos de alto rendimiento se definen por detalles y espero que la final esté ahí. Si se define por un detalle es que hemos competido muy bien.