(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Desde temprano había clima tenso en la inmediaciones de las oficinas de Superliga en Puerto Madero... y a la hora señalada para el Comité Ejecutivo se consumó la "rebelión" del G9 (aunque ahora son 11), que no dio quórum y obligó a levantar la sesión que debía aprobar el reglamento para el comienzo de una temporada que ahora quedó en puntos suspensivos porque sin esta certificación no queda claro si la pelota puede empezar a rodar el próximo viernes 26.

Con el capítulo de esta tarde quedó demostrado que el pacto del Hotel Savoy, por el cual habían permitido avalar sin alzar la voz la devolución de puntos a San Lorenzo y Huracán por medio del Tribunal de Apelaciones, estalló en mil pedazos.

Para entender cómo se llega a este escenario hay que contar que el G9 (grupo de nueve clubes que pugnan por cambiar la cantidad o el régimen de descensos para la próxima temporada y al que ahora se suman Arsenal y Central Córdoba) negoció con Daniel Angelici como interlocutor válido avalar la decisión del Tribunal de Alzada pero a cambio daría el ok para modificar la cantidad de descensos de la próxima temporada.

El primer sinsabor de este G9 fue que perdieron la votación en el anterior Comité y no se pudo modificar la cantidad de descensos (con fuerte presión de las dos empresas que tienen los derechos de TV). Seguido a eso, intentaron e impulsaron modificar el régimen con dos descensos por promedios y otros dos por tabla general, que tendía a fracasar.

¿Quiénes integran los bandos? Los que se presentaron en el primer piso para la reunión del Comité Ejecutivo de Superliga este miércoles fueron Boca, River, Racing, Independiente, San Lorenzo,  Atlético Tucumán, Unión, Vélez, Huracán, Talleres, Godoy Cruz y Defensa y Justicia. En tanto, el G9 (y los ascendidos) que esperó en el hotel Hilton y no dio quórum está integrado por Newell's, Rosario Central, Arsenal, Argentinos, Banfield, Lanús, Central Córdoba, Colón, Estudiantes, Gimnasia y Patronato. El único ausente fue Aldosivi.

El gran apuntado es San Lorenzo porque se había comprometido a acompañar al G9 como cambio de favores por no haber generado discordia tras el fallo del Tribunal de Apelaciones. Sin embargo, en la última votación envió a un representante que no estaba habilitado a votar y no pudo acompañar al grupo que apoyaba la modificación de la cantidad de descensos. Lammens intentó culpar a Mariano Elizondo por ese mal paso diciendo que desde Superliga le habían asegurado que el enviado podía sufragar. Sin embargo, luego se comprobó que SAF jamás había recibido esa consulta. Ya ahí los dirigentes entendieron que la palabra del precandidato a jefe de Gobierno porteño no era confiable.

Esta mañana llegó la segunda "traición". Luego de volver a dar su palabra de sumarse al G9, a último momento, Lammens avisó que no acompañaría esta iniciativa de modificar la manera de los descensos. Ante este panorama, el G9 decidió no dar quórum a la reunión para evitar otro revés en la nueva votación por los descensos y, de yapa, terminó suspendiendo el tratamiento del nuevo reglamento lo que pone dudas sobre el inicio del torneo.

"Le van a tener que explicar a la sociedad que pararon el campeonato para no descender", dijo en el medio de la discusión un alto dirigente de un club top antes de levantar la espera en el primer piso.

"Queremos que se juegue el torneo con el reglamento del pasado torneo y que se le quiten los puntos a los dos clubes que no cumplieron con las reglas", se animó a disparar uno de los integrantes del G9 luego de una reunión en el cuarto piso con los abogados de Superliga dejando en claro que la bronca es con San Lorenzo.

¿Qué pasa con el torneo? Desde la conducción de Superliga aseguran que "sea como sea" el campeonato va a arrancar el viernes 26 de julio. Para eso, la idea es jugar con el viejo reglamento o disputar el campeonato con el nuevo que hoy sólo cuenta con la aprobación parcial de la mesa directiva. Sin embargo, esta postura genera diversas miradas entre los mismos directivos y los letrados (los que no están en Madrid) que aseguran que no es conveniente arrancar una competencia con un reglamento que no cuenta con el visto bueno del Comité Ejecutivo. "Sería una aberración, una mancha para Superliga", admite un dirigente que hoy sí dio quórum.

Lo cierto es que la grieta hoy está. Hay que ver si es definitiva o sólo circunstancial. El G9 propuso volver a llamar a un Comité Ejecutivo para el lunes, pero desde la vereda de enfrente se niegan. En el medio hoy debían tomarse decisiones como la postergación del cierre libro de pases para casos excepcionales. Ahora se abre la incógnita de qué pasará con ese límite.