El fútbol sudamericano empieza a padecer en carne propia los síntomas de una FIFA debilitada que no logra contener a los clubes más poderosos del mundo. Estos, en acuerdo con las ligas, fijaron la postura de no ceder a sus futbolistas para la triple fecha de Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar 2022.

En la última semana, se conocieron diversos mensajes oficiales de las principales competiciones del mundo. De una forma bastante sutil, invitaron a los equipos a no ceder a sus jugadores para las jornadas Conmebol que darán inicio en septiembre. Primero fue la Premier League de Gran Bretaña y luego se sumaron LaLiga de España, la Serie A de Italia y la Liga de Portugal. En tanto, la Ligue 1, si bien impidió esta acción, advirtió públicamente que actuaba en contra de su voluntad, evidenciando sus molestias con la FIFA.

Con el calendario ajustado de las competiciones y la Champions League que dará inicio en septiembre, sumado a las restricciones que tiene cada país con el coronavirus, el argumento de las ligas es que la cesión obligatoria de los futbolistas a Sudamérica generará una pérdida de materia prima para la competición nacional e internacional. Ahora bien, ¿no hay algo más? ¿Por qué España, que no tiene restricciones para gran parte de las selecciones de Sudamérica, se pliega a la postura de la Premier League?

Tweet de Premier League

En el fondo, los clubes más poderosos del mundo, como Manchester City, Liverpool, Chelsea, Barcelona, Real Madrid, Juventus e Interempiezan a mostrar su pase de facturas contra la FIFA por la disolución de la Superliga Europea. El ambicioso proyecto de una liga paralela, cabe recordar, iba a contar con una inyección millonaria de U$S 4.200 millones por parte del banco estadounidense J.P. Morgan.

Si bien la tensión institucional era con la UEFA, la FIFA jugó un papel importante para disolver una propuesta que fue mal vista por todas las asociaciones y tajantemente rechazada por la afición de los principales equipos. ¿Cuál es el problema? Los directivos de las instituciones confiaban en una autorización de Gianni Infantino que al final nunca se dio. Al menos, no fue otorgada públicamente. Habló de "estar abierto a nuevas competiciones", pero desde la FIFA jamás se respaldó el torneo que siguen impulsando Real Madrid, Juventus y Barcelona.

Infantino, de mucha relación con personas poderosas y habiendo tejido lazos con los distintos gobiernos, decidió socorrer a una UEFA que ya no encontraba mecanismos de persuasión más que la descalificación y hasta la desafiliación de los clubes impulsores de tamaño torneo.

Ahora, la FIFA se encuentra en una situación vulnerable y no existe tal UEFA que haya salido a respaldarla públicamente para que los clubes cedan a los futbolistas. En esta batalla, el ente rector juega sólo y de momento no consigue resultados favorables. Al igual que con la entidad europea, por ahora todo quedó en palabras y en algunas advertencias oficiales.

Una FIFA debilitada es doblegada por los clubes europeos y perjudica a las selecciones sudamericanas

En cuanto a la rosca, Infantino y sus personas de confianza se reunieron con las ligas y los distintos gobiernos europeos, pero todavía no encontraron ningún consenso para que los clubes cedan a los futbolistas, a pesar de que sea una obligación, según el estatuto de la competencia.

El precio lo paga Sudamérica

Con esta no cesión de futbolistas, las selecciones nacionales del continente sudamericano se ven gravemente perjudicadas de cara al futuro. Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Colombia son algunos de los países que cuentan con muchos jugadores en el exterior y que no pueden volver por decisión oficial.

De la lista original de Lionel Scaloni, por ejemplo, quedarían disponibles únicamente Franco Armani, Nicolás Tagliafico, Lisandro Martínez, Exequiel Palacios, Ángel Di María, Leandro Paredes, Julián Álvarez y Lionel Messi. Ocho futbolistas en una lista de 30.

La pandemia del coronavirus para la Conmebol fue una tortura. Fueron numerosas las reuniones del Consejo donde se tuvieron que tomar decisiones como el aplazo de la doble fecha. En 2020, los clubes europeos ya se habían plantado contra la cesión. Ahora, con un panorama más favorable por la vacunación y la situación epidemiológica, vuelven a tomar la misma iniciativa, complicando aún más el calendario sudamericano.

De por sí, gestionar la cesión de futbolistas para la Copa América y la previa doble jornada tuvo su proceso de negociación. Además, la lucha fue lograr organizar un campeonato bajo dos argumentos centrales: dar un espectáculo con las mayores estrellas en tiempos de covid y brindarles rodaje a las selecciones de cara a Qatar 2022.

Desigualdad

Siempre se plantea que las selecciones de Europa juegan mucho mejor al fútbol que las de Sudamérica. Incluso, se llegó a mencionar que esta última edición de Copa América no fue tan “vistosa” como se esperaba. Pero para estar acorde a un evento, es indispensable contar con una buena preparación previa, algo que no viene ocurriendo hace tiempo para Sudamérica.

No poder disputar los próximos partidos con normalidad implicaría un gran golpe para las selecciones sudamericanas, que se verán gravemente perjudicadas en beneficio de los combinados europeos, hoy con mayor tiempo de preparación y hasta con una logística más favorable para desarrollar los trabajos competitivos.

Cuando se dio la tensión por la Copa América, donde ni Argentina ni Colombia mostraron condiciones para realizar el evento, Conmebol gestionó y tomó la firme decisión de disputar el evento en Brasil, a pesar de las críticas de la pandemia y los números sanitarios en ese país. FIFA, en esta situación delicada, debería tomar un camino similar y hacer valer su rótulo de institución que nuclea a todos los clubes del mundo.