¿Siempre esperamos ser los mejores? ¿Cuánto hace que ya no lo somos?
El impacto de la temprana eliminación nacional del Mundial 2018 dispara diversos análisis. La exigencia a la generación de jugadores que llegó a tres finales no tiene similitud con lo que nos exigimos como sociedad. ¿Refundación? Sí, es necesaria posiblemente, pero no sólo en la Selección.
Fracaso: Resultado adverso en una cosa que se esperaba sucediese bien. Esta es la definición de la palabra fracaso, algo que para muchos tienen estos dos animales que figuran en la foto (y algunos más).
"Se esperaba sucediese bien" reza la definición y me pregunto: ¿Siempre esperamos ser los mejores? Y si no lo somos, ¿Está mal? ¿Lo somos? ¿Hace cuánto que ya no? ¿Por qué no tenemos un baño de realidad? ¿Por qué ponemos nuestras frustraciones sobre personas que hacen todo por darnos una alegría?
Podemos debatir si te gustan más o menos futbolísticamente los jugadores de esta generación, pero seguramente muchos hoy están valorando de otra manera la final jugada en Brasil. Seguramente están entendiendo lo difícil que es llegar a eso y ser el segundo mejor equipo del mundo. Seguramente este grupo tenga menos excusas por las dos finales pérdidas en Copa América "porque los rivales son menores" pero eso no deja de habernos dado una alegría, una ilusión y eso es algo que en este país no sucede mucho.
¿Hay que refundar? Claro que sí. Así como también hay ciclos cumplidos. Pero ¿saben algo?, también hay que refundarnos como sociedad, mirar más lo que conseguimos y menos lo que se nos escapa, valorar más lo que tenemos y menos lo que nos falta y pensar menos con los resultados y analizar más profundo