Así dibujó el Papá de Guzmán a Sampaoli antes de la lesión de Romero
Jorge Guzmán es un gran ilustrador y utilizó su talento para dejar en claro que piensa sobre la no convocatoria de su hijo al Mundial. Caricaturizó al DT de la Selección de una manera muy mordaz en su Facebook, con una careta y tatuajes con los logos de los medios. "Mi papá ya es grande", aseguró el arquero en su llegada al país.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Cuando Sergio Romero no se había lesionado y Nahuel Guzmán estaba afuera de la convocataria, el papá del arquero, ilustrador de profesión, había subido una caricatura del DT de la Selección, Jorge Sampaoli, en la que se ve al DT con tatuajes en sus brazos con los logos de "TyC Sports", "Fox" y otros medios. El hombre dio a entender que hubo una "presión mediática" para imponer a Franco Armani por sobre su hijo. Ahora, con la lesión de Romero todo cambió: Guzmán será el tercer arquero.
Al llegar al país, Nahuel, su hijo, evitó hablar de la Selección y sobre el dibujo que realizó su padre, sólo atinó a decir "mi papá es muy creativo" y evitó juzgar su comportamiento: "Mi papá ya es grande". Horas después, el destino quiso que Guzmán volviera a la Selección.
Al dibujo, lo acompañó con un texto que habla de los que "están de espaldas al sueño".
De espalda al sueño
Es muy natural en un sueño ver gente de espaldas al sueño. Al principio creí que era gente despierta o gente que no quería estar allí, pero entendí que solo se trataba de gente buscando erróneamente una forma de entrar a ese mundo extraño y cierto. El primer error de esta gente era entrar disfrazados. En un sueño nadie engaña a nadie a menos que todos acuerden jugar a eso, entonces se puede escribir con el codo lo que luego se borrará con la mano (típico y raro ardid en los sueños), se puede sin temor al ridículo, levantar humeantes monumentos que serán la delicia de soñantes poco exigentes y en este orden de cosas se puede incluso afirmar que se cambiará la suerte de un barco sin rumbo. -Soñar no cuesta nada. Dice un despierto con berretín de soñador desconociendo el precio.
El requisito para habitar en ese mundo extraño y cierto de los sueños es estar convencido de que la vigilia es una cárcel, la peor que se pueda imaginar y entonces hay que elegir y elegir es el precio.
El sueño es el potrero de la vigilia, es donde se juegan los partidos de verdad, donde se deja el pellejo por los compañeros que tienen la misma camiseta, esa que esconde los huesos, pero donde también nos abrazamos con el rival, con el otro que somos nosotros en el espejo, el sueño es algo que no se pierde pero que se puede extraviar dejándonos al borde de una cama ajena muertos de sed, muertos en vida mi amigo.