A 30 años de los penales de Goycochea en Argentina-Yugoslavia
El 30 de junio de 1990, los dirigidos por Carlos Salvador Bilardo lograban acceder a las semifinales de la Copa del Mundo en Italia tras un memorable 3-2 en los penales. Sergio Goycochea fue héroe atajando dos de cinco a Dragoljub Brnovic y Faruk Hadzibegic. A la bronca de Pedro Troglio por su remate al palo la disipó el acierto de Gustavo Dezotti y la locura instaurada por Goyco. Argentina, otra vez, entre los cuatro mejores del mundo.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Se cumplen 30 días de uno de los partidos más memorables de la historia de la Selección Argentina. Aquel 30 de junio de 1990, los dirigidos por Carlos Salvador Bilardo lograban acceder a las semifinales de la Copa del Mundo de Italia por segunda vez consecutiva tras vencer por 3-2 a Yugoslavia en los penales luego del 0-0 en tiempo reglamentario. Sergio Goycochea, dos atajadas memorables y, otra vez, la Albiceleste entre las cuatro mejores del mundo.
A nivel general, el partido es recordado como uno de los más aburridos de la historia de las Copas del Mundo. Mucho tuvo que ver la estrategia de la Yugoslavia de Ivica Osim, que se dedicó a pasarse la pelota entre el arquero y sus defensores. Como resultado del lamentable nivel de juego, FIFA cambió el reglamento y pasó a penalizar la cesión. La fiesta estuvo en los penales.
Mejor no pudieron arrancar las cosas para el Doctor y sus dirigidos: José Serrizuela convirtió su tiro y el remate de Dragan Stojkovic se estrelló en el travesaño. Después anotaron Jorge Burruchaga y Robert Prosinecki. Pero las cosas quedaron empatadas en la tercera ronda: Tomislav Ivkovic atajó el de Diego Maradona y Dejan Savicevic hizo el suyo. Y todo pareció hundirse al momento del tiro de Pedro Troglio, que se estrelló en el palo. Ahí apareció el debutante Sergio Goycochea, que contuvo los tiros de Dragoljub Brnovic y Faruk Hadzibegic. Gustavo Dezotti hizo el suyo y la alegría fue toda albiceleste.
Ese día histórico, Argentina volvió a meterse, por segunda vez consecutiva, entre los cuatro mejores del mundo. Como si no hubiera sido suficiente la victoria imposible ante Brasil, el destino le tenía preparadas algunas páginas doradas más a aquella Selección. Todavía faltaba Italia, contra el que Argentina sería implacable en los penales. Y otra vez, con Goycochea poniéndose el traje de héroe.