El fútbol chileno atraviesa un periodo de convulsión por diferentes cuestiones. Más allá de que la selección nacional tiene comprometidas sus chances de llegar a la próxima Copa del Mundo, sus clubes sumaron otra temporada más sin llegar a las instancias finales de los torneos internacionales de la CONMEBOL. Además, la ANFP decidió implementar recortes presupuestarios en el fútbol formativo y ahora mantiene una disputa con los árbitros del campeonato doméstico de primera división, que están en pie de lucha para conseguir mejoras salariales.

La Comisión de Árbitros, conducida por Roberto Tobar, está atenta a las negociaciones que mantiene el gremio de los árbitros, cuyo líder es Cristián Droguett, con Pablo Milad, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional.

El principal foco de conflicto tiene que ver con que los referís no forman parte de la plantilla de contratos a tiempo completo: su salarios es básico y se incrementa con el cumplimiento de funciones adicionales. Los referís están dispuestos a tomar una medida de fuerza y ello afectaría a la liga trasandina en la recta final de su desarrollo.

“En Primera División, desde que se profesionalizó el arbitraje, nunca ha habido un aumento en el base. Ni siquiera por IPC", remaracaron fuentes cercanas a los árbitros chilenos en diálogo con el periódico La Tercera. Este mismo medio consignó que el deseo de los jueces es pasar de tener un sueldo básico de 90.000 pesos chilenos a 500.000. 

"Después de la pandemia, todo subió y los valores no se han movido. Cuando hay que ir a Coquimbo o a La Serena, el viático no alcanza para cubrir los gastos de hospedaje y alimentación”, agregaron.

Mientras tanto, el tiempo transcurre y la presión aumenta considerablemente. Una eventual solución podría acontecer en la segunda semana de octubre. La tensión se palpa perfectamente: el campeonato chileno no se jugarpa producto del parón internacional, pero sí se saldarán partidos pendientes y habrá árbitros chilenos designados para las eliminatorias sudamericanas. En caso de que estos no quieran asistir a estos encuentros como medida de fuerza, el fútbol chileno se expondrá a problemas innecesarios con la CONMEBOL y la FIFA.

El último contrato colectivo de los árbitros en Chile se firmó en septiembre de 2022. En aquella oportunidad se resolvió que el nivel de cada salario y de los bonos vayan en aumento de acuerdo a la categoría del juez: desde los no profesionalizados (aquellos que dirigen pero que no viven del referato) hasta aquellos que tienen o tuvieron la categoría FIFA.