Durante el partido de octava división entre Nueva Chicago y Quilmes, la barra del conjunto de Mataderos agredió a padres, madres y colaboradores del Cervecero. La delegación del club del Sur decidió efectuar la denuncia en la Comisaría N°42.

Últimamente, la barra de Chicago fue protagonista de varios hechos graves: tras el 0-2 ante Riestra, el plantel sufrió el robo de sus pertenencias en el vestuario local. Se llevaron hasta los botines. Posteriormente, barras llevaron el velorio de un hincha -con ataúd incluido- a la puerta del estadio. Hubo cánticos y pedido de camisetas. Y, como si esto fuera poco, ingresaron al estadio y colgaron banderas dadas vuelta en señal de protesta contra el periodismo y la policía.

En la jornada de hoy, fueron nuevamente protagonistas de la batalla campal que se generó en el partido de juveniles. Ante esto, se emitió un comunicado oficial desde el club y el fútbol amateur, donde se reconoce lo sucedido y repudian "los hechos de violencia.. y los actos discriminatorios a los que se vieron expuestos nuestros jugadores".

Asimismo, aseguran que "el club tomará las medidas que sean necesarias", porque buscan siempre "la educación de los chicos, tanto de forma deportiva como humana, pregonando que la violencia nunca es el camino". 

Tras el acto presidencial encabezado por Alberto Fernández, Celsa Ramírez, a cargo de la Fiscalía Especializada en Eventos Masivos de la Ciudad de Buenos Aires, investiga de oficio el cumplimiento del aforo en el estadio de Nueva Chicago.

En ese marco, la fiscalía dispuso su allanamiento, posterior clausura y, como si esto fuese poco, la imputación del presidente y toda la comisión directiva del club de Mataderos.

Como ocurrió en River y Vélez, los artículos que se investigan son el 205 y 239 del Código Penal, relativos a la violación de medidas contra la pandemia y resistencia a la autoridad respectivamente. Los mismos llevaron a la imputación de Rodolfo D'Onofrio y Sergio Rapisarda, presidentes, y de las comisiones directivas de ambos clubes.