En un final extremadamente polémico, Racing le ganó el clásico de Avellaneda a Independiente. La Academia se impuso por 1-0 contra el Rojo, con un polémico penal que cobró el árbitro Mauro Vigliano sobre el final del partido, y se acomodó en puestos de clasificación. 

El único gol del encuentro, jugado en el estadio Presidente Perón, el "Cilindro" de Racing, fue anotado por Enzo Copetti, de disparo desde los doce pasos, a los 52 minutos del segundo tiempo.

Con la victoria la Academia alcanzó a Estudiantes de La Plata en el segundo puesto de la Zona A, con 15 puntos; y el "Rojo" sigue tercero en la Grupo B, con 13 unidades, igual que Boca y Talleres de Córdoba. Los cuatro primeros de cada grupo se clasificarán a la fase final del certamen.

El primer tiempo fue decididamente malo y la mayor responsabilidad para que ello sucediera fue de Racing: su planteo mezquino resultó inexplicable. No ya por su localía, una ventaja relativa en tiempos de pandemia y canchas vacías, sino por las ausencias múltiples con las que llegó Independiente al clásico.

Con once casos positivos en covid-19, entre ellos su DT, Julio Falcioni (hoy dirigió su ayudante de campo, Néstor Omar Píccoli), y algunos titulares como el arquero Sebastián Sosa y los volantes Lucas Romero y Domingo Blanco, el "Rojo" fue, si se quiere, cauteloso con razón, o al menos con más razón que la Academia.

El DT local, Juan Antonio Pizzi, como hizo contra River y más allá de cinco o seis minutos iniciales en que presionó alto, eligió parar a su equipo cerca de su área, a veces con línea de seis, y apostar en el ataque a algún centro más o menos bien puesto para Copetti.

Venía, es verdad, de un duro golpe en el Cilindro, 2-4 ante Godoy Cruz, pero no eligió el mejor camino para recomponer la imagen aunque, también por coronavirus, le faltaran dos jugadores que hubiesen podido sumar: Ignacio Piatti y Darío Cvitanich.

Entre las ambiciones recortadas y la lluvia, la etapa inicial se fue entre errores y bostezos y hubo sólo una jugada clara de gol, a los 40 y para Independiente, cuando Silvio Romero avanzó con pelota dominada y dejó a Menéndez mano a mano con Arias. Pero Menéndez, apurado por Orban en la marca, definió desviado.

Racing tuvo su "veranito" alrededor de los 15 minutos del complemento con tres jugadas más o menos claras para abrir el marcador: en la primera Copetti no alcanzó a conectar un centro de Mena, en la segunda Álvarez sacó al córner un remate envenenado de Chancalay y en la última Copetti, otra vez, se anticipó al arquero en un centro y cabeceó apenas desviado.

Tal vez entusiasmado por esa cercanía con el gol, Pizzi cambió el esquema para los últimos 20 con el ingreso de Melgarejo por Orban. Independiente, a esa altura, ya había perdido por lesión a González y se mostraba desconectado, por lo que Píccoli buscó una reacción moviendo el banco: apostó a Velasco, la nueva joya roja, y a Herrera en reemplazo de Silvio Romero.

Con las modificaciones el partido se configuró de otra manera: Racing se volcó más decididamente al ataque e Independiente se paró de contra con la velocidad de Velasco y de Palacios. Pero no pasó de eso, de insinuaciones tardías, y el clásico de Avellaneda parecía apagarse en un inevitable cero a cero.

Pero en el séptimo minuto de descuento, Vigliano marcó una falta en el área sobre Maggi, Copetti se hizo cargo del remate desde los 12 pasos y le dio la victoria a la Academia.

En la próxima fecha, la décima, Racing visitará a Arsenal (domingo 18 desde las 18.30) e Independiente recibirá a Defensa y Justicia, el mismo día pero a partir de las 21.