La asamblea de socios de Independiente, pautada para el 27 de junio de 2013, en la sede ubicada en Mitre 470, quedará marcada en uno de los hechos más polémicos de la historia del “Rojo”. El reciente descenso del equipo a la segunda categoría del fútbol argentino había causado gran descontento entre los hinchas, y ese malestar era evidente en el desarrollo de la reunión.

Desde antes del arranque, cientos de socios, tanto dentro como fuera del edificio, aguardaban la llegada del presidente Javier Cantero. Con pancartas y cánticos que exigían su renuncia, la atmósfera se tornaba cada vez más hostil.

En el interior, los reclamos hacia la dirigencia se intensificaban con carteles que llevaban frases como "Cantero, renunciá" y "¿Qué te hicieron, Independiente?". Afuera, la situación era igualmente compleja, por lo que se organizó un importante operativo policial para evitar disturbios, especialmente ante la presencia de algunos sectores de la barra brava.

El tema central de la asamblea era el análisis y debate del presupuesto 2013-2014. Cantero ingresó al gimnasio Radrizzani, subió al escenario junto a otros miembros de la Comisión Directiva y tomó el micrófono para iniciar la sesión. Sin embargo, los presentes comenzaron inmediatamente a abuchearlo y a corear en su contra. La tensión aumentó cuando Cantero pidió “un minuto de silencio” en memoria de los socios fallecidos, lo cual fue tomado con desagrado.

Momentos después, un grupo de asistentes comenzó a arrojar sillas hacia el escenario, obligando a los directivos a retirarse por una salida lateral. Algunos atacantes incluso cortaron los cables de los equipos de los medios presentes, impidiendo que se registraran más imágenes del incidente dentro de la sede.

Luego, intervino la Policía Bonaerense para calmar las aguas, pero ese día la barra del “Rojo” y algunos hinchas dejaron en claro que Javier Cantero no iba a ser más el presidente del “Rey de Copas”.

Cantero, el presidente de Independiente que luchó contra los barras

Javier Cantero, dirigente de Independiente, alcanzó la conducción del club contando con el respaldo de los hinchas: su imagen renovadora, alejada de la política tradicional y con un perfil sencillo, parecía ser la clave para que el “Rojo” retomara su camino y apartara los negocios de la barra del ámbito institucional.

Sin embargo, Cantero terminó siendo identificado como el rostro de la peor crisis en la historia del conjunto de Avellaneda y de su posterior descenso, además de protagonizar una intensa lucha contra la barrabrava de la entidad.