(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) La idea de volver a entrenar el próximo 3 de agosto, ya no corre. Recién el próximo 10, con mucha suerte y viento a favor, se podría dar la vuelta a las canchas de los equipos argentinos. Para esa fecha, ya Perú, Paraguay, Brasil y Uruguay habrán reanudado sus campeonatos, con otros países aún sin fecha de definición, pero ya entrenando en el 90% de la región.

Argentina se mantiene cauta, observando todo lo que ocurre y en busca de no dar pasos en falsos. Si esto era así hace dos semanas atrás, ni hablar ahora, con la curva en pleno ascenso y con un número creciente, especialmente, de fallecidos. Desde el punto de vista sanitarios, los gestos ya son de preocupación pero no por el fútbol, por la ocupación de camas y por el sistema sanitario.

En lo estrictamente deportivo, y en caso que haya un cambio radical de números de casos y víctimas, cerca del 10 de agosto podrían volver a entrenar River, Boca, Racing, Tigre y Defensa, la generala de equipos que juegan la Copa Libertadores. Es decir, empezarían a entrenar, casi un mes antes del regreso del torneo.

El que primero advirtió su preocupación sobre este tema es Miguel Ángel Russo. El DT de Boca evitó hablar públicamente, pero hizo saber por lo bajo que la situación lo incomodaba. Algo que comparte con Marcelo Gallardo, de un perfil mucho más alto y que incluso le trasladó esta preocupación al mismísimo Alberto Fernández.

Para muestra un botón. Boca enfrentará en su regreso a la Copa a Libertad, en Paraguay. El equipo de Ramón Díaz ya está trabajando hace más de un mes y es el rival más fuerte del grupo. Una coyuntura que configura un escenario difícil para el Xeneize. Es más, el presidente de Libertad, expresó esta situación: “En lo futbolístico yo no sé si llega a haber mucha diferencia porque estos jugadores ya son todos profesionales, pero sí creo que vamos a tener más ritmo de competencia"

River, en tan sólo cinco días, debe visitar al San Pablo en Brasil, más allá de los riesgos del viaje en sí, también es el partido más difícil de la zona. Y, apenas después, enfrentará a Binacional en os 4800 metros de altura de Juliaca. Racing enfrentará a un Nacional de Uruguay que vendrá con entrenamiento encima y con más de un mes de competencia en el lomo, pero el partido será en Buenos Aires y al menos no tendrá que viajar.

Tigre, por su parte, enfrenta un escenario aún más complejo que Boca, porque todavía no se sabe que ocurrirá con la Primera Nacional y su rival será Guaraní, también de Paraguay, y compitiendo de manera oficial desde esta semana. ¿Y Defensa? El elenco de Hernán Crespo recibirá en su estadio a Delfín. El elenco ecuatoriano, si logra comenzar en el escenario más favorable sería el próximo 29 de julio, esto si lo aprueba el gobierno ecuatoriano. En este contexto llevará en ese momento algún tiempo de competencia, pero es, sin dudas, el caso más “parejo” para los equipos argentinos.

Eso sumado a que el regreso de los entrenamientos en la Argentina está pensado para hacerse en pequeños grupos de seis, y parece que eso agranda la distancia para competir con equipos que ya están en fases de realizar amistosos o, incluso, jugando el torneo local con normalidad.

¿Qué tan caro le saldrá a los clubes argentinos la decisión gubernamental de no dar pasos en falso y de la AFA y la liga de plegarse a lo que indiquen desde la Casa Rosada?

En las últimas tres ediciones de la Libertadores, siempre hubo al menos un argentino en la final y dos en las semis. River y Lanús en 2017, Boca y River jugaron la final en 2018 y Boca y River también llegaron a esa instancia en la Copa Libertadores 2019. ¿Qué pasará con la edición 2020? Habrá que ver, lo concreto es que los equipos argentinos, como nunca, corren de atrás.