Los asesinatos de Andrés “Pillín” Bracamonte y de Daniel “Rana” Atardo, líder y sublíder de la barra brava de Rosario Central, respectivamente, destaparon una olla de violencia y crimen. Las muertes de ambos referentes de la tribuna canalla, provocadas a tiros en plena vía pública rosarina se dieron en el marco de un ajuste de cuentas.

Lastimosamente, para los aficionados del fútbol en general y de Central en particular, este solo fue un episodio de muchos más que tuvieron lugar en torno a los paravalanchas del Gigante de Arroyito. Bracamonte, hasta ayer, había sufrido 29 intentos de homicidio. En este caso, la única diferencia fue el desenlace.

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Esquivando balas: los últimos días de “Pillín” Bracamonte

El 18 de abril de 2023, un hombre que llevaba a su hija a la escuela fue atacado a balazos luego de ser confundido con Bracamonte por sicarios. Además, en febrero de este año se efectuaron 10 tiros al aire y se dejó una carta amenazante en las inmediaciones del country Los Álamos, donde “Pillín” había sido detenido en reiteradas oportunidades por causas de lavado de dinero, asociación ilícita y extorsiones.

A su vez, el pasado 10 de agosto, luego de una victoria de Central contra Newell's, quisieron acabar con su vida en Parque Alem, pero un tiro le rozó la espalda y otro lesionó a su pareja. A raíz de esta situación, tuvo que concurrir al hospital de Niños Zona Norte y allí curaron sus heridas.

“Pillín” Bracamonte y Los Monos

El 1° de octubre pasado, durante el partido de Central contra Vélez en el Gigante de Arroyito, un grupo allegado a Bracamonte tuvo una discusión con Samuel Medina, yerno del líder de Los Monos Ariel Máximo “Guille” Cantero. Al salir de la cancha, Medina, también conocido como “El Gordo Quique” o “El Gordo Samu”, fue atacado con armas de fuego y falleció a causa de las heridas de 16 disparos.

En el siguiente partido que Central jugó en el Gigante de Arroyito, con Banfield, se lanzaron bombas de estruendo que suspendieron monetáneamente el juego y se observaron banderas que rezaban “Siempre mono, nunca sapo” y “No respetamos a nadie”. Dichos trapos estaban firmados por la sigla LMQ, que según el portal Rosario3 significa “La Mafia Quiqueña”, en referencia a Medina.

La última causa de “Pillín”

La ex pareja de Bracamonte, Luciana Vallarella, le había pedido dos años de prisión efectiva por dos denuncias de violencia de género. Para dicha audiencia, gente cercana al líder barrabrava de Central había instrumentado todos los medios posibles para que no se supiera su hora de inicio y finalización, para evitar de que lo atacaran en el juzgado.