Un futbolista que jugó en San Lorenzo y que tuvo una trayectoria destacada en el ascenso, terminó trabajando como camillero y viviendo con lo justo. En una realidad mucho más ajustada que la de su época de jugador, le tocó pasar por un grave problema que lo dejó en la ruina.

Se trata de Omar Gallardo, más conocido como "Indio", quien surgió de la cantera del "Ciclón y debutó en Primera allá por 1999, de la mano de Alfio Basile. El exvolante central pasó por varios equipos del ascenso hasta que colgó los botines en 2017, a los 37 años.

El "Indio" Gallardo, como trabajador de salud.

Con el dinero que hizo jugando al fútbol, pudo comprarse una casa para él y sus hijos en el barrio Diamante, en Lanús. Ni bien se retiró, tuvo que buscarse otro empleo para sobrevivir y empezó a trabajar como camillero en una clínica privada. Cumplió esa función durante tres años y medio.

Por desgracia, en el mes de marzo, una intensa tormenta provocó serios daños en la vivienda que había comprado y no tenía dinero suficiente para recuperar lo que había perdido. "Perdí un lavarropa, una heladera, varios colchones, roperos de mis hijos, así que son varias cosas. Además, tengo que tirar ropa porque está con barro. Es imposible usarla porque tiene un olor a podrido", dijo en ese entonces en una charla con Infobae.

La casa de Gallardo, llena de agua por la tormenta.

La carrera del Indio Gallardo

Omar Gallardo surgió futbolísticamente en San Lorenzo y pegó el salto a Primera en 1999. Al no tener muchas posibilidades, decidió irse a Almagro. Desde allí empezó su largo recorrido por equipos del ascenso.

Pasó por Nueva Chicago, Chacarita, Aldosivi, San Martín de San Juan, Atlético Tucumán, Brown de Puerto Madryn, Estudiantes de San Luis y Excursionistas, club en el que colgó los botines en el año 2017.

Con el "Torito" de Mataderos consiguió el ascenso a Primera en 2006, mientras que con el equipo puntano ganó tres títulos en tres años. Tiempo después, fue parte del fútbol Senior de San Lorenzo.

El "Indio" Gallardo marcando a Riquelme en un San Lorenzo-Boca.