Mientras el martes explotaba San Lorenzo, Lammens pugnaba por un cargo en Conmebol
Sorprendió a todos la ausencia del presidente en el predio en los días más tensos de su gestión. La explicación oficial fue que “quería tomar distancia para no definir en caliente”. Lo cierto es que estuvo en Asunción reunido con Alejandro Domínguez. Impulsado por el paraguayo, aspira a ocupar un lugar en el ente sudamericano.
(DE LA REDACCIÓN DE DOBLE AMARILLA) No hubo momento de tensión tan alta en casi un lustro que lleva esta dirigencia de San Lorenzo en el poder como el vivido esta semana. El cocoreo del gallo del oeste dejó a los cuervos fuera de la Copa Argentina y, lo que es más grave, desnudó las fuertes diferencias qué hay entre el presidente y vicepresidente de la institución que ya ninguna declaración diplomática logra esconder.
Para entender el momento hay que rebobinar la cinta. El abrumador respaldo en las urnas, hizo sentir a Lammens y Tinelli imbatibles e intocables. Así el ombliguismo (resfrío inmediato de cualquier victoria electoral contundente) provocó que los constructores empezarán a edificar en terrenos diferentes. El conductor fue por AFA y Superliga hasta que se bajó de todo, incluido San Lorenzo. Su licencia cayó mal en el club y Matías jamás intento bajarle el tono a esas críticas. De hecho, en voz baja le apuntaba a su vice de pensar sólo en su proyecto político atado al balompié. Desde el tinellismo se llegó a pensar que las banderas que aparecieron en un partido de Copa Libertadores tras el renunciamiento del Marcelo Hugo no venían de la oposición, sino que era “fuego amigo”.
En tanto, el mismo Lammens no se quedaba atrás. Con estilo diferente, empezaba a acelerar el asfaltado de un camino en el que sólo transitaba él. A pesar de que no suele gustarle que se diga en voz alta, coqueteó por varios frentes de la política sin importarle el color ideológico. De guardapolvo marxista, admiró de chico la militancia radical bonaerense, coqueteó con el ala menos cristinista de La Cámpora y escuchó todos los cantos de sirena que llegaban desde el PRO. Es justo decirlo, no aceptó ningún tesoro, pero su indecisión no fue producto de su paladar ideológico sino más bien de su ego. En algún momento hasta se le escuchó decir que tiene capacidad para imponerse sin grandes estructuras en cualquier comicio, pero el salto a la arena política se demora. ¿Acaso la licencia de Tinelli le arruinó el plan de ser contendiente en estas elecciones de medio término? Se dice en San Lorenzo que había terror a la posibilidad de que Roberto Alvarez tome las riendas del club.
Pero Matias sigue construyendo y entiende que en el fútbol no le alcanza con San Lorenzo. Por eso, le pidió una mano a un viejo compinche en su época de tesorero en AFA, el tano Angelici. Por presión del xeneize, llegó a la mesa directiva de Superliga. El fin? no otro que construir ocupando cargos relevantes. De hecho, el clima con el mandatario sanlorencista no es el mejor en la entidad que preside Mariano Elizondo. No aparece en las reuniones, no contesta los whatsapp del grupo, donde sólo clava vistos.
El último objetivo político de Lammens ya no está en el fútbol local, sino que fue a buscarlo trasfronteras. El martes en plena efervecencia y con Aguirre a dos escalones de la guillotina se lo esperaba al presidente en el entrenamiento. Las indisimulables diferencias respecto a la continuidad del DT que tiene con Tinelli vinieron como argumento perfecto para el faltazo a la práctica. La excusa oficial que se dio por lo bajo es que, como todo buen estratega, "no quería tomar ninguna decisión en estado de hervor”. Una falacia que algún día se entenderá que no es del todo real.
Sin embargo, según pudo confirmar Doble Amarilla de fuentes guaraníes, no fue la razón central del faltazo. El día martes, cuando los hinchas volaban de bronca, Lammens se subió a un vuelo privado que lo llevó a Asunción para mantener un encuentro con el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez. Lo hizo de manera sigilosa, fue y volvió en el día sin dejar rastros ni si quiera en los pasillos del Hotel Bourbon, paso obligado de todo dirigente en su preregrinaje hacia el ente que rige el fútbol sudamericano. ¿El motivo fue San Lorenzo?, no. Viajó para continuar con el lobby que arrancó hace dos meses y poder ocupar un cargo en Conmebol. Son varias fuentes las que aseguran que el propio Domínguez lo quiere cerca y presiona a Viamonte. En Conmebol pasan hoy una especie de Luna de miel con la conducción de Tapia y la grieta con Angelici ayuda a que perdure ese idilio. Mientras paraguayo el paraguayo imagina a Lammens como un nexo entre Asunción y Buenos Aires, como ya contamos, AFA presiona para liberar al menos dos de las tres vacantes que la Comisión Normalizadora nombró en Conmebol: se trata de las sillas que tienen en comisiones Ricardo Gil Lavedra, Orlando Salvestrini y Natalia Simeone. ¿Será ese el destino del presidente de San Lorenzo? Por el momento se desconoce el cargo, pero lo cierto es que va por el lugar en Conmebol. A esa altura cabe una pregunta ¿su impulsor en Superliga y en su momento en AFA, Daniel Angelici, está enterado de esta movida? Matías cometaría al menos dos pecados vistos como traición en el angelicismo: jugar neutral en dos batallas cruciales que el Tano tiene que dar y en las que corre con desventaja, una ante Domínguez y otra ante Tapia.