Riquelme cumple 1.000 días como dirigente: aciertos y errores desde su desembarco
Desde la victoria en los comicios, el exfutbolista profesional intentó plasmar una idea de base en la estructura del fútbol de Boca. El ídolo transformó los entrenamientos de la Primera y de las divisiones inferiores y siempre manifestó su intención de que los más chicos se empapen del "mundo Boca".
Juan Román Riquelme cumple mil días como dirigente de Boca. Las elecciones que Jorge Amor Ameal ganó en 2019 abrieron las puertas para que el ídolo se comience a desenvolver como principal responsable del fútbol xeneize. Aciertos errores en tres años que modificaron las estructuras por la pandemia del COVID-19 y la profundización de una crisis económica a nivel nacional que afecta a todos los clubes.
Desde su gestión, casi todo el fútbol de Boca (menos el femenino) se trasladó al predio de Ezeiza. Desde las categorías de fútbol formativo hasta la Primera División, todos entrenan en el espacio ubicado en la zona sur del Gran Buenos Aires. El predio es más que una instalación con campos de entrenamiento, es el lugar elegido para recuperar los valores 'bosteros', para volver a respirar lo que significa Boca, cuentan las personas que trabajan habitualmente en el lugar.
Como indicó el vicepresidente xeneize en distintas entrevistas, la intención es que desde el más chico hasta el más grande conozca de cerca el "mundo Boca", con los entrenadores de pasado azul y oro, conocedores de hazañas y de mística que solo ellos pueden contar en primera persona.
"Nosotros nos vamos a equivocar todos los días", dijo Riquelme el pasado domingo tras ganar el Superclásico. Su rol, como vicepresidente segundo y encargado del fútbol del 'Xeneize', se trata de tomar decisiones. Algunas acertadas, otras quizás no tanto, pero es un puesto que requiere de acción y, a lo largo de este tiempo, el exDiez tomó cartas en el asunto.
Quizás la de mudar todo el fútbol a Boca predio es una de las primeras y más fuertes decisiones. Pero también le tocó poner su posición por encima para decidir la salida de Miguel Ángel Russo, tras varios idas y vueltas; o Sebastián Battaglia, ya sea en primera persona o con medidas tomadas en conjunto con el Consejo de Fútbol, que está integrado por el 'Patrón' Bermúdez, el 'Chelo' Delgado, Raúl Cascini y 'Chicho' Serna.
También le tocó ser protagonista en varias oportunidades con el plantel, como cuando decidió charlar con los jugadores luego de una derrota ante Gimnasia en La Bombonera, en la previa de un partido clave por Copa Argentina, haciendo bajar del micro a varios futbolistas. O cuando se hizo presente en diferentes prácticas para darles mensajes de aliento y de apoyo para el cuerpo técnico de Battaglia, en su momento, cuando la situación deportiva no pasaba por su mejor momento.
El roce con algunos futbolistas también fue un punto central en estos días de gestión: entre las primeras decisiones fuertes estuvo la de separar a Pol Fernández por su decisión de querer seguir su carrera en México, el conflicto con Cristian Pavón cuando no quiso renovar y fue relegado por seis meses hasta que finalizó su contrato y quedó libre, pasando la polémica con Wanchope Ábila, quien los desafió públicamente.
"Desde el 3 de enero que empecé a entrenar estoy esperando que alguien me informe de mi situación, como nadie del Consejo se comunicó conmigo ni con mi representante sigo acá generándole un gasto innecesario y todas las cosas que dicen por atrás", manifestó Wanchope en una publicación en Instagram. Además, había apurado a los responsables del fútbol: "No les debo nada a ustedes ni les tengo miedo".
El último conflicto tuvo lugar en julio, un día antes del partido revancha con Corinthians, por los octavos de final de la Libertadores. El capitán, Carlos Izquierdoz, con otros referentes, reclamaron el pago de unos premios pendientes y amenazaron con no concentrar para el partido copero. Luego de la eliminación, el defensor fue apartado del plantel, no jugó contra San Lorenzo y días después dejó el club para partir a la Segunda División de España.
Los pibes de Boca y de Riquelme
En varias ocasiones, el vice xeneize remarcó la importancia del desarrollo de los juveniles para nutrir al equipo de Primera. Son muchos los jugadores de inferiores que debutaron en Primera a lo largo de este tiempo.
Desde su arribo, Boca apostó por su semillero y fueron 29 los futbolistas que hicieron su presentación en la máxima divisional, como recopiló el periodista Fafi Pérez. En cifras, bajo la gestión de Riquelme un juvenil surgido de Boca Predio debuta cada 34 días. La lista es:
- Agustín Lastra
- Nicolás Valentini
- Balthazar Bernardi
- Iván Alvariño
- Valentín Barco
- Renzo Giampaoli
- Agustín Sández
- Eros Mancuso
- Pedro Velurtas
- Nahuel Genez
- Ignacio 'Equi' González
- Kevin Duarte
- Aaron Molinas
- Alan Varela
- Rodrigo Montes
- Lucas Palma
- Gabriel Vega
- Vicente Taborda
- Israel Escalante
- Cristian Medina
- Erik Bodencer
- Exequiel 'Changuito' Zeballos
- Luis Vázquez
- Luca Langoni
- Maxi Zalazar
- Ezequiel Almirón
- Juan Pablo Cabaña
Cabe remarcar que varios de estos jugadores estuvieron presentes en los partidos ante Banfield y San Lorenzo por el Torneo de la Liga Profesional. La Reserva debió jugar los partidos de Primera tras el conflicto en Brasil con Atlético Mineiro porque los mayores debieron realizar cuarentena. Algunos estuvieron en el banco de suplentes y no ingresaron.
Vázquez y Ávila no se formaron en las divisiones juveniles de Boca, pero forman parte del proyecto de la dirigencia actual. El delantero llegó para jugar en Reserva y el defensor debutó en Primera. Lo mismo ocurre con Leandro Brey, actual arquero de la Reserva, ex Los Andes.