Que le hayan otorgado la Copa "Ciudad de Mar del Plata" a Quilmes, resulta un dato anecdótico a estas alturas no queda nada para festejar. Una de las más simbólicas fiestas de la “Ciudad Féliz” quedó opacada por la violencia, hablamos del encuentro entre el vencedor y Peñarol. Los gigantes del básquet de la ciudad balnearia.

Desde lo deportivo, para Peñarol y Quilmes el cotejo configura una buena prueba de pretemporada. El “Cervecero” dominó las facetas principales del juego durante casi toda la noche y ganaba con una cómoda ventaja de 63 a 48 cuando la violencia se apoderó de todo y el clásico debió suspenderse a 2'32" de la chicharra final.

El partido no pudo terminar y las familias corrieron para escapar de los violentos que saltaron a la platea y desataron un enfrentamiento cara a cara que quedará entre los recuerdos desagradables para todos los que estuvieron en la cancha, en una noche negra para el deporte de la Mar del Plata.

Dentro de las imágenes bizarras de la noche, hay que decir que hubo entrega de la Copa. Teniendo en cuenta lo que se vivió, un hecho insólito. Con los jugadores de Quilmes, totalmente en situación fuera de contexto, festejando con su gente.

Se vivieron momentos de mucha tensión, porque los violentos que asistieron al clásico, le arruinaron la fiesta a los que fueron a ver un espectáculo y le pegaban a todos los que pasaban cerca. Además volaron botellas, sillas de plástico y todo lo que estaba a mano. Una fiesta arruinada por la violencia.