Como el Ave Fénix, Simone Biles volvió a brillar en una gesta olímpica
Tras la crisis anímica que la hizo abandonar en Tokio 2020 y dejar los entrenamientos por dos años, Simone Biles volvió en la capital francesa y brilló en el debut.
Simone Biles es considerada la mejor gimnasta de la historia y su cosecha de éxitos acumula cuatro medallas doradas, una plateada y dos bronces en los Juegos Olímpicos, además de 30 medallas mundiales, 23 de ellas de oro. En Río 2016 su performance fue esplendorosa.
Sin embargo, en Tokio 2020 sufrió una crisis y abandonó la competencia en pleno desarrollo, se recuperó para participar el último día en los ejercicios de barra y se llevó el tercer puesto. Tras ellos, se alejó durante dos años de los entrenamientos para enfocarse en la recuperación de su salud mental.
En París fue como el Ave Fénix que resurgió de sus cenizas y tuvo una magnífica actuación en la viga que le valió el emocionado reconocimiento del repleto estadio de Bercy. Su rutina alcanzó los 14.733 puntos en la ronda clasificatoria por equipos.
Biles, de 27 años, es aspirante a cinco finales de las pruebas en las que se desempeñará. En su primera participación y con el dorsal 391, desplegó toda su magia y la culminó con un doble mortal hacia atrás que generó asombro en los espectadores y su propia sonrisa, fundida en un abrazo con su entrenadora, Cecile Landi, después de tanto tormento.
En la rutina de suelo recibió 14.600 puntos y en las pruebas de salto tuvo algún inconveniente físico por el que dio muestras de dolor y le vendaron el tobillo. Sin embargo, eso no lo impidió lograr 15.300 puntos, la calificación más alta.