Cómo es el boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín y las diferencias con los anteriores
La postura de no llevar autoridades gubernamentales a los países anfitriones por reclamos políticos no es nueva. Actualmente el boicot lo encabeza Estados Unidos y lo acompañan países como Australia, Reino Unido, Canadá, Lituania, Kosovo y Alemania. ¿Cómo fueron los anteriores planteos?
La política volvió a meterse en el deporte y esta vez con una escala a nivel global. Estados Unidos, junto a otros países, ordenó hacer un "boicot diplomático" contra China en protesta contra la "violación a los derechos humanos" que se dan en el país. Sin embargo, no afecta a la participación de deportistas como sí ocurrió en otros eventos olímpicos.
El pasado 6 de diciembre Estados Unidos confirmó que no enviaría a ningún representante diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, aunque señaló que los atletas estadounidenses sí participarían en la cita. A esa postura se sumaron Australia, Reino Unido, Canadá, Lituania, Kosovo y Alemania.
Pero la postura no fue de todos los países. Como contó Doble Amarilla, Alberto Fernández se encuentra en China y participará de la apertura de los Juegos Olímpicos, lo mismo que su par de Rusia Vladimir Putin, con quien se reunió el pasado jueves en Moscú.
Los boicots que dejaron secuelas
El primer gran boicot a unos Juegos Olímpicos se produjo en 1956 en Melbourne (Australia). Países como España, Suiza y Holanda justificaron su decisión en la invasión de Hungría por parte de la Unión Soviética. China Continental faltó por el reconocimiento de Formosa y Egipto, Irak y Líbano basaron su ausencia por la presencia de Francia, Gran Bretaña e Israel, que luchaban por el dominio del Canal de Suez.
En 1976, en los juegos de Montreal, la participación del equipo de rugby de Nueva Zelanda en una gira por Sudáfrica, país que estaba fuera del COI por el "apartheid", llevó a una veintena de países africanos a solicitar la exclusión de la delegación neozelandesa. Finalmente los países africanos, a los que se sumaron Irak y Guyana, no participaron. Poco antes, la presión africana llevó al COI a retirar también la invitación a la segregacionista Rodesia (hoy República de Zimbabue).
Cuatro años después, en los Juegos de Moscú en 1980, la invasión rusa de Afganistán, que se había producido el año anterior, y las aspiraciones a la reelección del presidente James Carter condujeron a Estados Unidos a encabezar la protesta occidental. No estuvieron tampoco Alemania, Canadá y Japón, mientras que otros como los españoles desfilaron bajo bandera olímpica y un nutrido grupo de países no participó en la inauguración.
En 1984, en la cita olímpica de los Los Ángeles, el bloque socialista encabezado por la entonces Unión Soviética, no asistió alegando inseguridad para sus deportistas, después de que en octubre anterior EEUU hubiera invadido la isla de Granada. No obstante, Rumanía y la ya extinta Yugoslavia rompieron la disciplina del bloque del Este.
El último boicot a unos Juegos se produjo en 1988, durante la cita de Seúl, en Corea del Sur, cuando su vecina Corea del Norte renunció a participar dos semanas antes de la inauguración por cuestiones políticas. A Corea del Norte se sumaron Cuba, Nicaragua, Albania y Etiopía.