De compartir recreos en la escuela a tener un museo futbolero: la amistad de Maradona y Mariano Israelit
Se conocieron en el colegio por el 'Turco' y la vida los acercó en momentos particulares de la vida del Diez. Compartieron el día a día en Cuba y trabajaron en eventos y programas de televisión. De los asados de Don Diego en Cantilo a los vips en La Diosa. El amigo de Diego hoy exhibe envidiables prendas que le obsequió Diego como relojes, pelotas, camisetas y hasta la "10" original que utilizó en Barcelona cuando bailó al Real Madrid. En Doble Amarilla, contó: "Diego fue muy generoso conmigo, vivimos muchas cosas lindas juntos".
Corría el año 82. En ese entonces, Diego Maradona era el futbolista sensación por su protagonismo en el Barcelona y su pasado exitoso por Argentinos Juniors y Boca. En Argentina, su hermano Hugo, el 'Turco', como siempre se lo conoció, iba al colegio Comercial 20. Es el mismo 'Turco' que, con nueve años, dijo en un imborrable reportaje "mi hermano es un marciano", mucho antes de que se coronara campeón en el Mundial de México 1986.
A ese colegio también asistía Mariano Israelit, un estudiante que coincidía en los recreos con el 'Turco' y con el que forjó una amistad. Mientras Diego estaba en España, Israelit iba a la casa de Doña Tota y Don Diego de Cantilo, en ese entonces ubicada en Marcos Paz. Según cuenta Israelit a Doble Amarilla, iba para ayudarlo con temas de la escuela. "Estudiábamos juntos y siempre me quedaba en la casa, a veces se hacía tarde y me quedaba a cenar", cuenta.
Lo que Israelit no esperaba era que el propio Diego protagonizara varias de esas cenas cuando Don Diego prendía la parrilla. Esto se dio también en ese año, cuando Diego volvió al país tras la dura lesión que sufrió en Barcelona. En Argentina comenzaba su proceso de rehabilitación de la mano del Doctor Oliva. "Lo fuimos a buscar a Ezeiza con el 'Turco' y Don Diego se quedó haciendo un asado en la casa. Don Diego fue lo mejor de la familia, para sacarse el sombrero. Una excelente persona. A mí me daba vergüenza sentarme porque estaban todos los familiares, el único que no formaba parte de la familia era yo. Recuerdo que un día me fui al baño para aparecer último y sentarme en el lugar que quedara vacío, y da la casualidad que me termino sentando al lado de Diego. Mi relación con él antes era pedirle cosas para firmar, no tenía mucho diálogo", detalla Israelit de recuerdos que probablemente jamás olvide.
Quizás es aquí cuando comienza su particular historia con los obsequios que Diego le daba y que hoy forman parte de un envidiable museo con pelotas, relojes, camisetas, chombas y todo tipo de fotografías y posters autografiados. Cuenta a este medio más del día que Diego llegó a la Argentina pos lesión en España: "Ese día justo trajo regalos a todos de España. Y me dice: 'uh, disculpame que no te traje a vos, no sabía que venías'. Antes de irme, me pidió que le avisara y que subiéramos a su pieza. En esa misma casa él mandó a hacer unos posters especiales, porque la gente tocaba timbre y pedía cosas de él. Cuando subo, agarro dos de esos posters para que me los firme. Ahí me vuelve a pedir disculpas por los regalos y me dice 'tomá', y me revolea una bolsa grande. Me obsequió la camiseta del Barcelona que usó cuando le ganó al Real Madrid y marcó un gol".
"Es increíble a lo que llegamos, porque yo no lo conocía más que porque era el hermano de un compañero de la escuela con el que compartíamos el recreo", agrega sobre lo que fue su relación con 'Pelusa', que hoy cumpliría 62 años.
"Cuando agarré la bolsa, me la metí entre el pantalón de gimnasia del colegio y el calzoncillo por el terror que tenía a que me la afanen. Ese fue el primer contacto cercano que tuve con Diego", relata a este medio, mientras muestra esa hermosa camiseta con la 10 atrás y el escudo que supo llevar a la gloria décadas después Lionel Messi.
Pero no es el único punto de conexión. Otro momento, particularmente gracioso, se dio a fines de la década del 90, con Diego jugando en Boca y siendo un futbolista ya consagrado por lo que fue México 86. También, vale mencionar, fue uno de los momentos en los que se agravó su salud por sus problemas de adicciones
"Yo en el año 95 o 96 me lo cruzo en el boliche La Diosa, el boliche de Leo Sucar, un amigo. Yo estaba con unos amigos y justo lo vieron a Diego, entonces me pedían que le mangueara para entrar al vip. Yo lo vi un par de veces, le decía a mis compañeros, para que entiendan que era probable que Diego no me diera bola. Éramos cinco personas. En un momento me acerco para hacerle una seña, pero no me mira, había mucha gente. Como no me vio, nos quedamos de espaldas al vip charlando con mis amigos, ya casi resignado. En un momento, siento que me pegan un cachetazo en la cabeza. Me doy vuelta y no vi a nadie. A los 10 segundos, me dan otro y mis amigos ya se estaban riendo con cierta complicidad. Ahí uno me dice 'fijate en el piso', a lo que miro para abajo y estaba Diego, que se había tirado al piso y era el que me había dado los cachetazos. Ahí agarra y me dice: 'Venías a la casa de mi viejo, hacías que estudiabas con mi hermano, ¿y ahora no me venís a saludar? Y ahí me hizo entrar a mí y a todos los amigos, en ese entonces estaba saliendo con Laura Sibilla, que era mesera del lugar", cuenta con lujo de detalle de una noche que después siguió en un hotel y terminó de afianzar el vínculo entre los dos.
En ese entonces, Israelit trabajaba para FOX y TyC Sports y trabajó en algunos proyectos con Diego: "Hicimos cosas con Diego más adelante como 'La Noche del Diez', en ese entonces era manager de Alejandro Lerner y le pido que me de una mano para que haga la canción del programa, que era la de Rodrigo, pero relatada por (Alejandro) Fantino y cantada por varios artistas como Luciano Pereyra y Los Nocheros, entre otros". De ahí también ligó algunos regalos como camisetas de la Selección y hasta uno de show ball.
También fue parte de toda la construcción de ese Diego político que militó siempre la "Patria Grande" y se mostró cercano a los gobiernos de Cristina Kirchner, Lula da Silva en Brasil, Evo Morales en Bolivia y Hugo Chávez en Venezuela. "En el 2007 yo lo llamo a Diego porque en ese momento la FIFA le quería sacar la sede de La Paz a Bolivia, por la altura. Le propuse hacer un partido contra el equipo de Evo Morales. Ahí me pidió que llame a algunos amigos. Ahí empiezo a producir cosas con él, también lo llevé a participar de una clínica de fútbol en Venezuela con Hugo Chávez", relata Israelit, mientras muestra más obsequios que conserva.
Israelit es consciente de que la vida lo puso en el momento indicado. Creer o no, la inocencia de los pasillos del recreo y la relación con el 'Turco' lo llevaron a ser una persona muy íntima para Diego Maradona hasta sus últimos días. Fue otra de las personas que siempre fue a visitarlo, incluso en su última etapa como DT de Gimnasia, cuando el cuerpo de Diego, lamentablemente, empezaba a decir basta.
"Diego fue muy generoso conmigo, vivimos muchas cosas lindas. Me regaló la camiseta de Boca de sus últimos partidos. También me obsequió un reloj que se hizo en Italia que tiene solamente 100 copias en todo el mundo. Me regaló incluso la corbata que utilizó en el Mundial de 1982, Tengo muchas cosas de él, también la camiseta que dice la clínica de fútbol en Venezuela. Un día lo llamé y le pedí de chanta un regalo de cuando estaba dirigiendo la Selección Argentina en 2010. Me hizo firmar por todo el plantel una chomba que usaban cuando iban a cenar los jugadores. Tiene las firmas de Messi, Agüero, Tevez y Mascherano", cuenta.
"Son muchas las cosas que Diego me obsequió a lo largo de su carrera. Un poco por la amistad que construimos y otro poco porque a veces le mangueaba alguna cosa, sobretodo cuando ya teníamos más confianza. Me dejó firmadas un montón de camisetas réplicas", agrega Israelit, que actualmente es DJ en el restobar Carnal de Facundo del Campo, ubicado en el barrio porteño de Palermo.
Por último, Israelit cuenta sobre las ofrendas que hoy conserva intactas: "Yo las cosas las tengo como un museo. En un momento un amigo se contactó con Marcelo Simonián, representante de jugadores que estaba armando un museo y que se puso en contacto para conseguir cosas. Quería algunas de mis cosas".
"Todo lo que tengo de Diego lo guardo en mi corazón y todo lo que viví con él me lo guardo. Es una herencia de alguna forma que me dejó en vida. El día que necesite algo, seguramente venderé, pero hoy realmente no estoy interesado", cierra, en diálogo con Doble Amarilla.