El dolor del mejor amigo de Emiliano Sala: "Ahora estamos tratando de transmitir todo lo que nos dejó él"
A un mes del accidente, “Doble Amarilla” habló con Martín Molteni sobre cómo vivió estas semanas de angustia e incertidumbre y cómo son estos primeros instantes sin Emiliano, pero con su recuerdo presente en cada anécdota y en cada rincón de Progreso. "Estamos intentando recordar, con anécdotas, con historias, con sonrisas", dice en un día especial.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Martín Molteni tiene la foto de su Whatsapp junto a Emiliano, en algún lugar de Europa, más precisamente Nantes. Allí lo fue a visitar el año pasado. Su amigo estaba cumpliendo el sueño por el que siempre luchó, incluso cuando pasaban los fines de semana en Progreso, a la vera del arroyo del pueblo. Se los ve sonrientes, contentos, con el sol de frente. Desde el 21 de enero de 2019 ya nada fue igual. Mientras Martín, de profesión periodista, dormía en Santa Fe, en algún lugar, sobre el Canal de la Mancha, la avioneta monomotor “Piper Malibú” en la que viajaba su amigo se precipitaba al agua.
Desde que recibió el llamado, a las 6:30 de la madrugada, ya nada fue igual para Martín ni para los habitantes de Progreso, ni para nadie que haya conocido a Emiliano Sala, el chico que sólo quería jugar a la pelota y que incluso se fue muy chico, detrás de ese sueño que se le cortó abruptamente a las puertas de la Premier League.
A un mes de lo sucedido, Martín atiende a “Doble Amarilla” desde Santa Fe, donde vive y trabaja. Pero semana por medio vuelve a Progreso, para estar con la familia, los amigos y respirar el aire del pueblo. Ahí, donde ya no estará Emiliano pero sí todos los recuerdos y anécdotas.
Doble Amarilla: ¿Cómo estás anímicamente con todo lo que pasó?
Martín Molteni: Es una pregunta difícil de responder y que me hacen muchos. Tratado de volver a la vida habitual, pero ya sabiendo que han cambiado muchas cosas y nada es lo mismo. Intentando recordar, con anécdotas, con historias, con sonrisas y tratando de transmitir todo lo que nos dejó él.
DA: ¿Cómo te enteraste de lo que pasó?
MM: Estaba durmiendo y mi papá me llamó a las 6.30 y me contó lo que estaba viendo en los medios. Rápido me puse a mirar, a buscar información, un verdadero golpe.
DA: Además, la sensación imagino era distinta, Emiliano venía de una gran temporada en Francia y estaba cerca de debutar en la Premier League. Un gran contraste de lo que esperaban a esa noticia.
MM: Era su sueño. La Premier y LaLiga eran sus grandes objetivos. Fue un golpe durísimo poder llegar a cumplir uno de esos sueños y que pase lo que pasó. Fue un golpe durísimo. Todavía en parte no lo podemos asimilar
DA: ¿Cuándo fue la última vez que viste a Emiliano?
MM: El año pasado estuve en Nantes, estuve una semana con él. Me quedé unos días más en Europa y después compartimos dos semanas acá en Argentina, en Progreso.
DA: ¿Cómo fue para vos haberte puesto al frente de aquella Conferencia de Prensa en Progreso?
MM: Dentro de todo lo que estaba pasando fue un impulso del corazón, para tratar de ayudar. Desde acá podía hacer muy poco. Esa conferencia era importante para lograr que la búsqueda no cese, que era nuestro principal objetivo. yo únicamente trasladé el pedido de la familia y aporté mi granito de arena. Fue un movimiento muy grande, muchos amigos, la gente de Progreso, del Mundo del Fútbol, del Espectáculo, de la política, se comprometieron, vieron lo que significa Emi para nosotros y tomaron ese mensaje.
DA: En su momento viajó una delegación de familia y amigos, y vos no viajaste. ¿Cómo viviste a la distancia la búsqueda privada que era un poco menos difundida que la pública?
MM: Después de la búsqueda pública y el parte, nosotros queríamos que se siga buscando. Sabíamos que en algún lado tenía que estar. El inicio de la búsqueda privada nos dio esperanzas, buscar con otros métodos. La tomamos de buena manera y después por suerte se pudo seguir la búsqueda pública y todo terminó como terminó.
DA: Dentro de ese final, ¿encontraste la paz de al menos haberlo encontrado?
MM: Sí, sí. La incertidumbre a lo largo de esas tres semanas fue muy dura. Luego que se conoció todo, pudimos cerrar una etapa y ahora estamos en otra etapa, en la que tenemos como objetivo recordarlo de la mejor manera, dejar bien en algo la bandera que él subió, la de llegar de un pueblo muy chiquito a jugar en las grandes Ligas. Es nuestro objetivo ahora.
DA: ¿Te molesta que los dos clubes sigan discutiendo por el dinero, disputándose quién debe pagar y quién no?
MM: Sinceramente, uno espera que siempre por encima del negocio esté el ser humano. Yo por encima de cualquier pelea de ellos privilegio recordar a Emiliano y llevar su legado y su mensaje, intentar transmitirlo a los chicos del pueblo, de los clubes de barrio que quieren luchar por su sueño.
DA: Ahora empieza la etapa en que los medios van desapareciendo y es quizás, la más cruda, porque Emiliano ya no está, ¿ya empezaste a transitar esa etapa?
MM: No sé cuando se dará ese quiebre, ni sé si se dará. Internamente los amigos estamos muy cerca de la familia de Emiliano. Progreso está muy unido y eso también es el mensaje de Emi, unir a pueblo, a la familia a los amigos. Nosotros vamos a seguir estando juntos.
DA: ¿Desde cuando sos amigo de Emiliano?
MM: No te puedo decir desde cuándo, porque siempre fuimos amigos. Progreso es un pueblo muy chico, dónde nos conocemos todos. Chicos de la misma edad comparten cumpleaños, escuela primaria, jardín, interiores de fútbol. No tengo noción de cuándo lo conozco, es de toda la vida.
DA: ¿Cómo acompañaste la carrera de Emiliano? Él se fue muy chico a Francia
MM: Cuando él comienza a irse eran períodos cortos, de tres meses de adaptación, estaba el messenger y hablábamos por ahí. Cuando volvía a Progreso lo atormentábamos a preguntas, desde el fútbol, hasta si conoció tal o cual lugar. Típicas de un chico de pueblo que salió a recorrer el mundo. Después se quedó, hizo su carrera, subió, debutó. Ya cuando apareció el WhatsApp fue ora cosa. Le preguntábamos, le deseamos suerte, siempre mantuvimos el contacto diario. A Emiliano siempre le interesaba su pueblo y quería volver. Por eso él también nos preguntaba a nosotros.
DA: ¿Tenés alguna anécdota que lo pinte a él de cuerpo entero?
MM: En base a esto del esfuerzo, el sacrificio, ahí a 2 kilómetros y medio de Progreso hay un arroyo. Fuimos a tomar algo ahí un verano. El vino corriendo desde el pueblo, subió una escalera que había ahí haciendo actividad física y volvió corriendo al pueblo. Siempre tuvo claro que él quería jugar al fútbol, era su objetivo, por eso llegó dónde llegó.
DA: ¿Te gustaría que en Progreso una escuelita de fútbol sea bautizada como él?
MM: No tengo dudas que va a pasar. Nos conocemos todos. Estuvimos hablando con el presidente comunal, con el presidente del club, hay un montón de ideas. Hacer algún mural, que la cancha lleve su nombre, una calle. Montón de ideas. Veremos cual podemos llevar a cabo.
DA: Sos periodista, ¿cómo sentiste que trataron los medios en general todo lo que pasó?
MM: Creo que hubo compañía, respeto. No te podría decir que de todos, en algunos casos hubo cierto amarillismo y desinformación. Que se tiraban por la primicia. Pero agradezco el respeto más que nada y el profesionalismo de muchísimos periodistas y medios, que fueron parte fundamental en esta campaña, para que se reinicie la búsqueda oficial, sin la compañía de los medios de comunicación eso hubiese costado bastante más.