La atleta olímpica bielorrusa Kristina Timanovskaya afirmó hoy que las autoridades de su país la obligaron a abandonar Japón contra su voluntad y sostuvo que tenía miedo de terminar en la cárcel tras criticar a su propio comité olímpico, que dirige el hijo del presidente Aleksandr Lukashenko.

"Pido ayuda al Comité Olímpico Internacional (COI); están tratando de sacarme del país sin mi permiso y le estoy pidiendo al COI que se involucre", denunció Tsimanouskaya en un vídeo difundido en Telegram y verificado por la cadena británica BBC.

En una entrevista previa, la atleta, de 24 años, expresó que tenía miedo de regresar a Bielorrusia y contó que había sido objeto de numerosas amenazas tras sus críticas al comité olímpico nacional, liderado por Viktor Lukashenko, hijo del mandatario.

"Me dijeron que tenía que irme para que todo el mundo estuviese tranquilo y continuar con la competición" para Bielorrusia, expresó al medio Tribuna, antes de que responsables del comité de su país la trasladaran al aeropuerto para ser devuelta a su país.

"No tengo miedo de que me echen de la selección nacional, temo que en Bielorrusia me puedan encarcelar; los funcionarios dicen que la orden de deshacerse de mí vino de arriba", agregó, citada por la agencia Europa Press.

Poco después, la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Deportiva reveló que debió recurrir a la policía japonesa para impedir la salida de Tsimanouskaya de Japón y el COI informó que se había contactado con la atleta y con su comité olímpico nacional para esclarecer lo sucedido y con vista a una decisión en los próximos días.

"Tanto el COI como la organización de Tokio 2020 han hablado directamente con Kristina Timanovskaya​​​​​​​ esta noche; está con las autoridades en el aeropuerto de Haneda y actualmente está acompañada por un miembro del personal de Tokio 2020; nos ha dicho que se siente segura", tuitearon las autoridades olímpicas internacionales.

Tweet de IOC MEDIA

La atleta criticó con dureza a la Federación Bielorrusa de Atletismo en Instagram, al señalar que había sido obligada a participar en el relevo de 4x400 metros, cuando inicialmente debía correr las pruebas de 100 y 200 metros, debido a que otros dos atletas no hicieron suficientes controles antidoping.

Más tarde, el equipo olímpico nacional anunció que la habían retirado de la competición debido a su "estado emocional y psicológico", motivos rechazados por la atleta.

Según la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Deportiva, la atleta estaba considerando pedir asilo político a la embajada de Austria en Tokio.

Este incidente ocurrió a la par de la dura represión que el gobierno de Lukashenko mantiene hace meses sobre sus opositores, periodistas y militantes, con la intención de cerrar definitivamente el movimiento de protesta surgido en 2020 contra su reelección para un quinto mandato.

En ese contexto, en diciembre pasado el presidente de Bielorrusia y su hijo fueron sancionados por el COI y desde entonces se les prohibió asistir a Tokio 2020, durante una investigación sobre las denuncias de discriminación política contra los atletas.

Además, el mandatario bielorruso está acusado de manipular las últimas elecciones presidenciales de agosto de 2020 y de emplear tácticas autoritarias para silenciar a sus disidentes.

Meses después de las elecciones, más de 1.500 atletas bielorrusos publicaron una carta abierta en la que exigían la convocatoria de nuevas elecciones y el final inmediato de la represión policial contra la oposición, que llevaba semanas de protestas callejeras contra la victoria de Lukashenko, aún rechazada por la Unión Europea (UE).

En marzo pasado, el COI anunció la decisión de no reconocer la elección de Viktor Lukashenko al frente del comité bielorruso y de mantener la sanción de diciembre a todos los eventos relacionados con la organización.

En paralelo, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, y el primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, publicaron hoy una carta en la que apelaron a la solidaridad de la UE frente al incremento de personas que ingresan ilegalmente a través de Bielorrusia. "La protección de las fronteras exteriores de la UE es responsabilidad conjunta de todos los estados miembros", instaron las autoridades.

La situación denunciada tuvo lugar luego de que Lukashenko amenazara repetidamente a la UE con permitir el paso de refugiados de zonas de guerra en respuesta a las sanciones impuestas a su país, y Lituania, que comparte casi 700 kilómetros de frontera, se viera particularmente afectada.

Debido a la afluencia de migrantes, más de 2.000 en julio, según cifras oficiales, Lituania endureció sus regulaciones de asilo y comenzó a erigir una cerca.

Tweet de Matthew Luxmoore