Aficionados del West Ham ingresaron al campo, intentaron agredir a jugadores e increparon a los dueños del club
Lejos de tener al juego como protagonista, el partido que disputaron West Ham y Burnley se vio marcado por los graves incidentes protagonizados por aficionados y ultras de la institución local, enfadados por el duro momento que vive el equipo.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) West Ham y Burnley se enfrentaron por la trigésima fecha de Premier League en London Stadium. El equipo local, que contó con Manuel Lanzini y Pablo Zabaleta entre sus filas, no pudo concretar sus ocasiones, jugó mal y cayó derrotado por 0-3. A lo largo del encuentro, aficionados del club protagonizaron graves incidentes en las gradas e, incluso, sobre el césped.
Las cosas marcharon con cierta normalidad hasta el minuto 66. En aquel instante, Ashley Barnes abrió el marcador a favor del Burnley. No pasó mucho tiempo antes de que un seguidor local ingresara al campo de juego para ser expulsado, minutos después, a golpes por el capitán del West Ham Mark Noble. Fue el primer momento de suspensión en el partido.
Cuatro minutos más tarde, el neozelandés Chris Wood duplicó la ventaja a favor del Burnley. En ese momento, todo el estadio se unió para cantar en contra de la directiva del club. ''Echen a la junta directiva, echen a la junta directiva'', expresaba la parcialidad local, poco antes de que otro aficionado ingresara al césped para marcar terreno colocando el banderín del corner en la mitad de la cancha.
En el minuto 81, el delantero neozelandés Wood volvió a marcar, selló su doblete y desató la furia incontenible de la afición del West Ham. Esta vez, varios fanáticos saltaron al terreno de juego y otros tantos increparon a los dueños del club, David Sullivan y David Gold, quienes debieron abandonar el estadio antes del final del encuentro. Los 'Hammers', dirigidos por David Moyes, se ubican en el 16° puesto con 30 unidades, a tres puntos de zona de descenso a la segunda categoría.
Resulta necesario destacar y valorar el gesto de los jugadores del Burnley, que cobijaron y protegieron en el banco de suplentes a varios niños que habían asistido al partido. Notable accionar en medio de la irracionalidad.