Batalla campal en la previa de Athletic Bilbao - Spartak Moscú: un muerto
Cinco detenidos, tres heridos y un muerto. Con ese saldo finalizó un violento encuentro entre ultras del Athletic Bilbao y Spartak de Moscú. El choque tuvo lugar en las afueras del Estadio San Mamés en la previa de la vuelta de dieciseisavos en Europa League.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Una jornada que inició pacífica terminó de la peor forma; de espectáculo pasó a ser tragedia. Athletic Bilbao y Spartak Moscú se enfrentaban en un duelo definitorio para determinar el pasaje a los Octavos de la Europa League. En la ida, el equipo vasco derrotó por 3-1 al cuadro ruso de visitante. La vuelta tenía lugar en San Mamés. Y en las afueras del estadio, algunos cientos de radicales bilbaínos y moscovitas tuvieron un furioso enfrentamiento que terminó con la muerte de un etznaina (miembro de la policía autonómica del País Vasco).
El fallecido es Inocencio Arias García, efectivo policial de 50 años de edad y oriundo de Vizcaya. Según señalan algunas fuentes, la causa de la muerte no habría estado directamente relacionada con el enfrentamiento entre ultras. A espera de informe forense que brinde mayores precisiones, otras voces señalaron que podría tratarse de un tromboembolismo generado tras el impacto de una bengala.
El conflicto inició con la llegada al estadio de alrededor de doscientos hinchas rusos, provenientes de la Plaza Moyua ubicada en el centro de Bilbao. Al presentarse en las inmediaciones, comenzó una batalla de bengalas y cohetes entre los radicales visitantes y vascos, que se apersonaron desde direcciones diferentes.
En ese encuentro, quedó inmiscuída la Ertzaintza o policía vasca, que previamente había interceptado a fanáticos locales elementos como palos y barras extensibles. Aún sin tener claridad absoluta respecto a lo ocurrido, la feroz gresca fue suficiente para terminar con la vida de un efectivo policial. Pese a que Athletic Bilbao clasificó a la siguiente ronda tras perder por 1-2 frente al Spartak Moscú, el fútbol pasó a estar, una vez más, en un segundo plano.