(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Era muy difícil. Y terminó siendo imposible. Pese a empezar muy bien, con el gol de Gabriel Jesús a los 2', el Manchester City no logró jamás quedar cerca del milagro. Hizo méritos, erró goles y, en el primer tiempo, sometió a su rival. Pero en el complemento, con la intensidad local en baja, Mohamed Salah apareció en Etihad e igualó el partido.

El 1-1 funcionó como anestecia para el elenco de Joseph Guardiola, expulsado en el entretiempo por protestarle al árbitro español, Mateu Lahoz. Y, ni hablar cuando Roberto Firmino, con todo su oficio a cuestas, liquidó el partido. Con el 2-1 ya no quedó más nada por hacer para los de "Pep", que vieron como el Liverpool de Klopp se llevó todo el premio.