En Reino Unido insisten con el impacto de los cabezazos en el fútbol para la salud: "Hacerlo como forma de vida es un riesgo"
Un investigador trabaja mediante estudios a ex futbolistas de la Premier League. Sostiene que hay un vínculo marcado entre la demencia y los golpes de cabeza en el deporte. No es el primer estudio que se hace sobre esta situación. "Lo más importante es reducir la exposición, nadie quiere cambiar el juego", manifestó.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) En el Reino Unido se dan nuevas investigaciones para analizar el impacto de los cabezazos en el fútbol y el mayor riesgo de los futbolistas a sufrir demencia.
La primera investigación fue realizada por el "Grupo de Enfermedades Cerebrales" de la Universidad de Glasgow, que analizó el daño que ocasiona el fútbol en el cerebro de los deportistas. En esa investigación se observó los cadáveres de miles de futbolistas de Escocia entre los años 1900 y 1976 y se los comparó con los actuales.
El nuevo trabajo corresponde a Michael Grey, profesor de la Universidad de East Anglia y responsable de un nuevo estudio que trata de resolver la ecuación entre el fútbol y la demencia. El investigador trabaja a partir de análisis junto a ex futbolistas de la Premier League para comparar sus casos con el de futbolistas aficionados o no deportistas.
"Es un tema del que apenas se ha hablado en Europa, pero que ya tiene recorrido en Estados Unidos y Canadá, por deportes de mucho contacto como el fútbol americano y el hockey sobre hielo", manifestó a Agencia EFE.
En cuanto a la hipótesis, amplió: "Cuando uno se hace mayor, su cerebro envejece. Es la vida. La pregunta que tenemos que hacernos es cuál es la edad cerebral de un jugador profesional de fútbol comparada con alguien que no ha jugado. Puede que sea mejor, por la actividad física que ha hecho, puede ser la misma o puede que sea peor por haber estado golpeando balones con la cabeza durante toda su vida".
Grey invita a su vez a todos los que quieran participar del trabajo para recibir un seguimiento y conocer su evolución, en comparación con futbolistas profesionales. "Golpear una pelota como forma de vida es un riesgo. No quiere decir que toda persona que golpee una pelota con la cabeza vaya a tener demencia, pero queremos que entiendan cuál es el riesgo", agregó.
Por último, sobre posibles cambios en el fútbol para prevenir enfermedades, explicó: "Lo más importante que hay que lograr es reducir la exposición. Nadie quiere cambiar el juego ni obligar a la gente no jugar, lo que queremos es reducir los cabezazos durante entrenamientos y limitar los cabezazos en los niños. Ellos no deberían golpearle con la cabeza nunca". La investigación en Glasgow también apunta a reducir los cabezazos en el fútbol formativo para disminuir las chances de enfermedades neurológicas.