En la previa del comienzo de los Juegos Olímpicos, Francia llevó a cabo una exhaustiva investigación y detectó a 4.355 personas que representaban algún tipo de amenaza. Días atrás, la organización aseguró que rechazaron acreditaciones de periodistas por razones de seguridad.

El ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, anunció la cifra en una entrevista por el canal France 2 y destacó que se realizaron un millón de investigaciones administrativas.

De los 4.355 excluidos, hay 880 sobre los que había sospechas por posibles injerencias extranjeras y 360 estaban pendientes de una expulsión de Francia; también 260 estaban fichados por los servicios secretos por radicalismo islámico, 186 por formar parte de grupos de ultraizquierda y 96 de la ultraderecha.

Las investigaciones se llevaron a cabo entre voluntarios, agentes de seguridad, atletas, periodistas, entrenadores e incluso vecinos de la zona del centro de París en donde se realizará la ceremonia de apertura.

Entre los rechazos, las acreditaciones a periodistas

Darmanin aseguró que alrededor de un centenar de solicitudes por "temor a espionaje o a que fueran agentes que intentaban obtener una acreditación usando una profesión diferente".

El funcionario amplió los detalles del rechazo: "Probablemente no estén allí para cometer atentados. Pero además de la inteligencia y el espionaje tradicionales, existe la posibilidad de acceder a puntos de entrada en redes informáticas para llevar a cabo un ciberataque", en diálogo con el Journal du Dimanche.

Luego, agregó que se habían presentado como periodistas o técnicos y que sus países de origen eran Rusia y Bielorrusia, entre otros. "Por ejemplo, rechazamos a un gran número de 'periodistas' que pretendían cubrir los Juegos. En cambio, aceptamos la presencia de rusos que trabajan para el Comité Olímpico Internacional (COI). Aplicamos el principio de precaución", aclaró.