La China Suárez rompió el silencio: dijo que ella no inició el affaire con Icardi y habló de "violencia de género mediática"
La actriz y modelo publicó un extenso descargo en su cuenta de Instagram. Brindó su postura sobre el conflicto entre el delantero del PSG y Wanda Nara, donde la señalan como la tercera en discordia. "Siento en esta situación un Deja Vu infernal, donde vuelvo a pagar con mi reputación cuestiones que son de dominio personal de cualquier mujer", manifestó.
La actriz y reconocida modelo argentina, María Eugenia 'China' Suárez, publicó un extenso descargo en sus redes sociales para dar su versión sobre los hechos que la vinculan como la "responsable" de la separación entre Mauro Icardi y Wanda Nara.
"Escribo esta carta para bajar el ruido externo de mentiras, maltratos y miradas inclinadas en la construcción de historias manipuladas para, una vez más, ser el chivo expiatorio de la violencia mediática. He guardado por mucho tiempo silencio por varias razones: la principal, por miedo e inexperiencia. Por no saber cómo nombrar el nivel de mentiras y atrocidades que se dicen para sustentar el minuto a minuto televisivo", comenzó escribiendo la China Suárez.
La actriz argentina es la señalada por los medios de ser la mujer con la que Icardi engañó a su pareja. Esto generó críticas hacia ella, incrementadas por el recuerdo de la separación entre Benjamín Vicuña y Pampita.
Sobre la separación entre Icardi y Wanda, señaló: "Lo que está sucediendo hoy tiene detrás una historia mucho más grande y profunda, de la que seguramente muchas mujeres van a sentirse identificadas. Me ha tocado relacionarme con hombres a los que les he creído siempre sus palabras: que estaban separados o separándose y que no había conflictos".
"Siento en esta situación un Deja Vu infernal, donde vuelvo a pagar con mi reputación cuestiones que son de dominio personal de cualquier mujer", agregó la reconocida actriz.
Y en uno de los últimos mensajes, cuestionó al colectivo feminista, también crítico de la situación y, en especial, de la actitud de Suárez: "Me resulta llamativo que las mujeres no vean que los mismos agravios con los que me escriben a mí, son los que una sociedad entera usó (y sigue usando) para referirse a ellas. La reproducción de esa violencia que recibiste en el pasado, hacia otra mujer, para limpiar tu imagen, no te hace más astuta. Sólo nos vuelve a poner a todas en el mismo lugar".
Escribo esta carta para bajar el ruido externo de mentiras, maltratos y miradas inclinadas en la construcción de historias manipuladas para, una vez más, ser el chivo expiatorio de la violencia mediática.
He guardado por mucho tiempo silencio por varias razones: la principal, por miedo e inexperiencia. Por no saber cómo nombrar el nivel de mentiras y atrocidades que se dicen para sustentar el minuto a minuto televisivo.
Lo que está sucediendo hoy tiene detrás una historia mucho más grande y profunda, de la que seguramente muchas mujeres van a sentirse identificadas. Me ha tocado relacionarme con hombres a los que les he creído siempre sus palabras: que estaban separados o separándose y que no habían conflictos.
Siento esta situación un deja vu infernal, donde vuelvo a pagar con mi reputación cuestiones que son de dominio personal de cualquier mujer.
Una repetición que deja a la luz mi inexperiencia y sobretodo profunda credibilidad que le di a estos hombres que luego guardaron silencio dejando que me comieran los lobos.
Parece que es más creíble para esta sociedad, sabiendo como se manejan ellos siempre, que yo sea la mala, la que engaña y no la engañada.
Y también parece que es más fácil para una mujer pegarme a mí, para descargar. El costo de sostener la imagen de una familia feliz lo pago yo, no el hombre que fue el irracional o tuvo un desliz. En ese precio, todos quedan bien parados.
Repito mi silencio constante para preservar mis vínculos familiares que han sido siempre mi prioridad, me jugó en contra. Pero hoy no quiero callas más, porque sé que somos muchas mujeres a las que esto nos ha sucedido y a la que la mirada externa juzga.
Lo que sucedió es una situación que yo no comencé, no alenté y no provoqué. Tener que contar esto también habla de la poca privacidad que tenemos las mujeres. Mientras tanto, un montón de calificativos dañinos pidiendo mi cabeza desde hace tiempo, en donde el paso de como se me juzga a mí es absolutamente asimétrico.
Caso contrario, se sabría que yo no fui quien insistió y propició esta situación. Asumo mi experiencia, falta de entendimiento sobre mucho que deba aprender de ahora en más. Pero no voy a hacerme cargo por mí y por todas las mujeres que son usadas y juzgadas siempre, de las actitudes de conquistadores seriales que tienen aprendidas estos varones, y que después bien saben esconder.
Como dicen ahora, ser empoderada no tiene nada que ver con dinero, con ser filosa en redes y menos con insultar con los mismos términos que te juzgaron en el pasado, a otra mujer. Tiene que ver con ser justa a la hora de hablar y sobre todo romper el silencio.
Me resulta llamativo que las mujeres no vean que los mismos agravios con los que me escriben a mí, son los que una sociedad entera usó (y sigue usando) para referirse a ellas. La reproducción de esa violencia que recibiste en el pasado, hacia otra mujer, para limpiar tu imagen, no te hace más astuta. Sólo nos vuelve a poner a todas en el mismo lugar.
Quienes estén con esto, lucrando a costa de mi vida personal y mi carrera artística, serán también intimados por la reproducción de información falsa, maliciosa y con fines de reproducir violencia de género mediática hacia mí.
Gracias a todas las personas que me brindaron apoyo, que entienden lo que pasé y callé en el pasado. Dejando que personas heridas me pongan en lugares injustos y que esto hoy se vuelva a repetir, pero ya no más con mi silencio. Soy una mujer que ya no tiene miedo de hacer vivir mi derecho de vivir libre de prejuicios. Ojalá esto no sirva solo como un descargo, sino también, para reflexionar entre nosotras.