McKay, el apellido clave detrás del avión de Emiliano Sala
Willie es un afamado representante de jugadores y sería el dueño del Piper Malibú, a través de una compañía de su propiedad. Mark, su hijo, es uno de los dos representantes de Sala, y está apuntado por los medios británicos como quién hizo los arreglos del vuelo. El apellido ya estuvo envuelto en escándalos en el pasado. Todos los detalles.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Pasan las horas y empiezan a salir a la luz detalles, nombres y un sólo apellido que permite empezar a desentrañar los motivos por los cuales Emiliano Sala viajó de esa manera a Cardiff, para incorporarse al club galés que milita en la Premier League.
El apellido en cuestión es McKay, y los nombres en cuestión son cuatro: Willie, Mark, Paul y Jack.
Willie McKay, según indica “The Sun”, es el dueño del avión matrícula N264DB, Piper PA-46 Malibu, de un sólo motor en el que viajó Emiliano Sala. Al respecto, “The Times” aporta más claridad. Indica que el avión pertenece a una compañía llamada “Southern Aircraft Consultancy” que sería propiedad de Willie McKay.
Willie McKay es un representante que tiene muchos jugadores y directores técnicos, en especial en la Premier League. Su base de trabajo está en Mónaco. El dato es que su hijo, Mark McKay es uno de los representantes de Emiliano Sala y, señalado por los medios británicos, quién habría hecho los arreglos para el vuelo.
El otro representante de Sala, el que figura en la página “Transfer Market” es Meïssa N'Diaye, que tiene entre sus representados al defensor del Manchester City, Benajmin Mendy y al delantero belga Michy Batshuayi. También representa a Souleymane Bamba, jugador marfileño de origen francés, que iba a ser compañero de Sala en el Cardiff City.
¿Y Paul y Jack McKay? Son dos mellizos, hijos de Willie y hermanos de Mark. ¿También representantes? No, ambos futbolistas de menores de 23 años de edad. ¿El detalle? Ambos pertenecen al Cardiff City. Sí, en el mismo club galés que compró el pase de Sala. Paul se encuentra a préstamo en el Morecambe, de la League Two y Jack juega como delantero en el U23 del elenco galés.
Mark figura como un representante con licencia de la FA (la Asociación de fútbol inglesa), cuyo número para operar es "IMS000486”. Permanece en el listado de la FA, actualizado al 21 de enero de este año. Según su perfil de Linkedin, es agente de jugadores desde octubre de 2013. Cinco años antes, se recibió en la Universidad de York, con el título de “Bachillerato en Artes, Sociología y Política”.
Bajo la tutela de su padre, Mark logró trabajar con jugadores como Dimitri Payet y Jean-Michaël Seri, además de tener a sus dos hermanos, Paul y Jack, en su “carpeta” de clientes. Su esfera de influencia es a Ligue 1 y la Premier League. Y ahí pudo trabajar con Emiliano Sala, a quién estaba a punto de sacar del Nantes con destino al Cardiff City, a cambio de una suma muy cercana a los €18 millones.
Este entramado, más las dudas que existen en torno al avión que transportaba a Sala, hacen preguntar que tan errada estaba la novia del delantero cuando pidió que “investiguen la mafia del fútbol”.
Dentro de los McKay, el nombre más resonante es el de Willie. Él fue uno de los agentes investigados por “Quest”, una investigación que comenzó en el año 2006. Ese año se hicieron varias denuncias de corrupción en el fútbol inglés, tanto dentro como fuera del juego, incluida una investigación de la BBC Panorama. En respuesta, la Asociación de Fútbol le encargó un informe a Lord Stevens, ex Comisionado de la Policía Metropolitana, y posteriormente la policía de la Ciudad de Londres. Willie McKay fue uno de los agentes investigados. Al finalizar el proceso, se le agradeció su “colaboración”.
Sin embargo, en noviembre de 2007, Willie McKay fue detenido. Un reporte de la “BBC”, del 28 de noviembre de ese año, aseguraba que él, junto con el ex gerente de Portsmouth, Harry Redknapp y el director general Peter Storrie, el ex presidente de Leicester, Milan Mandaric, y el ex futbolista de Portsmouth, Amdy Faye, fueron arrestados por la Policía de Londres, en el marco de las investigaciones en curso sobre denuncias de corrupción en el fútbol.
Sin embargo, nunca le levantaron cargos a McKay. La causa cayó 2 años después y ahí McKay debió batallar para reconstruir su nombre. En ese sentido, en febrero de 2018, McKay le ganó un millonario juicio por “calumnias e injurias” a el “Daily Express” y, poco después, en Agosto se quejó de ser víctima de una “Caza de Brujas” de parte de la FA.