Settimio Aloisio, un pionero de la representación en la primera era del fútbol superprofesional
Fue uno de los primeros representantes mediáticos. Dueño de un estilo particular, tuvo bajo su ala a varias de las principales estrellas de la Selección Argentina de los ´90, como Gabriel Batistuta y Claudio Caniggia. Perfil de un personaje cuyo estilo fue replicado por sus predecesores.
Un hombre que marcó un camino, el primer gran representante de futbolistas argentinos pasó a la inmortalidad. El italiano Settimio Aloisio, exrepresentante de una generación importante de jugadores de nuestras tierras, entre ellos Claudio Caniggia y Gabriel Batistuta, en las décadas de 1980 y 1990, falleció a los 89 años en Calabria, donde residía. La noticia de la muerte del importante agente fue dada a conocer durante esta mañana por el diario Corriere di Calabria.
Aloisio fue agente de futbolistas famosos como “Bati” y Cannigia, y también fue el primero que vinculó a Diego Armando Maradona con el Nápoli, allá por 1978 y cuando se desempeñaba como coordinador de los Cebolllitas, la famosa categoría juvenil de Argentinos Juniors donde jugaba el exastro.
El primer contacto de Diego con Napoli
"Fuimos al campo, estaba curioso por verle. Yo estaba en la grada y tras quince minutos de partido llamé a Settimio Aloisio (máximo mandatario de Argentinos Juniors) para decirle que le sacaran del césped. Le prometí que si le sacaba, firmaríamos en el mismo vestuario un acuerdo con el Nápoles. Jugó quince minutos, marcó tres goles, una falta directa, regates como sabía hacerlos él, algo espectacular", le contó Gianni Di Marzio, el cazatalentos italiano, a EFE en 2020 recordando el rol de Settimio en aquel primer acercamiento con el club donde terminaría convirtiéndose en leyenda. Y agregó: "Entendí que era una perla rara, una joya increíble que solo necesitaba ser forjada. También cuando regresé a Nápoles le envié una camiseta número 10, además de otros regalos para él y su familia".
Batistuta y un movimiento que cambió su carrera
Gabriel Omar Batistuta aterrizó en 1990 en La Boca, procedente del rival de toda la vida, gracias a una ingeniosa maniobra de su representante Settimio Aloisio, que compró la mitad de su pase. En River el delantero formado en las inferiores de Neweell´s Old Boys había ganado su único título oficial en Argentina bajo la dirección técnica de Daniel Passarella.
A pesar de que era un jugador de mucha potencia que estaba en etapa de maduración, le fue imposible encontrar un sitio en el equipo millonario. en Boca no solo logró un rendimiento superlativo, su experiencia en el equipo ‘Xeneize’ lo elevó a niveles insospechados que lo catapultaron a la Selección Argentina y luego a la Fiorentina, donde ‘Batigol’ brilló como nunca nadie lo hizo en Florencia.
De allí, el goleador pasó a la Roma, donde logró el Scudetto en la transferencia que mayor gozo le dio al agente, según sus propias palabras: “Es la que me dio más satisfacción. Tuvimos a los tres clubes más importantes de Italia en la pelea hasta último momento. Créame que la explosión que provocó Batistuta en Roma sólo puedo compararla a la llegada de Maradona al Napoli. Gabriel apenas iba a dar una conferencia de prensa, pero los hinchas amenazaron al presidente con que lo querían ver. Entonces, en un día con 35 grados de temperatura, de manera espontánea, quince mil personas lo recibieron en el Olímpico”, rememoraba Settimio tiempo después.
Un antes y un después
Aloisio marcó una época en lo que agentes o representantes de futbolistas se refiere ya que en sus años de actividad esa función no estaba regulada por la FIFA, como lo está desde hace varios años. Se había retirado de su “especialidad” hace casi dos décadas en las que supo representar además de Batistuta y Cannigia, a Pedro Troglio, Diego Cagna y Luis Alberto Carranza, entre otros futbolistas.