El clásico sudamericano más raro de todos, el que enfrentó a la Argentina y a Brasil en San Pablo y que sólo "disputó" cinco minutos, podría tener una resolución lenta y duradera. La pelota ahora la tiene FIFA, porque ambas confederaciones ya enviaron su documentación respaldatoria y dieron a conocer sus argumentos a la hora de inclinar la decisión final. 

Fuentes cercanas a la investigación le dijeron a Doble Amarilla que la primera definición podría llegar antes de la triple fecha de octubre, pero que ahí se abriría la instancia de la Comisión de Apelaciones de la FIFA, lo que podría llevar el fallo final hasta fin de año, siempre y cuando no se recurra al TAS, dejando la decisión final más cerca que lejos de Qatar 2022 y quizás con ambas selecciones ya clasificadas... siempre y cuando se decida recurrir a estas instancias superiores.

Del lado argentino se sostiene como punto central que el partido se suspendió por acción de un factor externo. Según informó el delegado del partido, la invasión de cancha fue por parte de personas ajenas y que incluso ingresaron al campo de juego armadas, con la intención de llevarse consigo a tres jugadores titulares de la Selección Argentina, ya que Emiliano Buendía estaba en el hotel. 

Al ser una cuestión ajena al fútbol, para la gente que entiende de la parte legal del reclamo de AFA, la responsabilidad es del organizador e indica que, sólo por eso hecho, ya hay que darle por perdido el partido a la Selección de Brasil. 

También se señala que más allá de ANVISA, la Selección Argentina cumplió con todas las normas reglamentarias, de inmigración y demás para ingresar al país, de lo contrario, no podría haber pasado por migraciones.

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Tweet de TNT Sports Argentina

El abogado de la AFA, Andrés "Patón" Urich incluso se mostró optimista en declaraciones a TNT Sports: "La FIFA le puede dar por ganado el partido a la Selección Argentina", indicó y agregó: "Presentamos un escrito muy solvente". 

Por su parte, en Radio 10, amplió: "El comité disciplinario es quien debe tomar la decisión de cómo se resuelve este partido" y agregó: "Las dos federaciones tienen derecho de explicar que es lo que pasó".

En Brasil tienen el discurso diferente. La CBF se ocupó en demostrar, a través de distintos documentos, que no tenía la culpa de la suspensión del partido en Neo Química Arena, en São Paulo. En el documento enviado a la FIFA, según señala UOL, la CBF utilizó un registro de encuentros anteriores al partido y los informes del árbitro, el venezolano Jesús Valenzuela, y el delegado del partido, el colombiano Juan Hernández. La organización trata de demostrar que hizo su parte como principal, cómo alertar a los argentinos sobre las normas sanitarias vigentes en el país.

Según la confederación brasileña, los argentinos incumplieron los lineamientos de Anvisa durante el encuentro mismo. También los brasileños consideran que los argentinos citados ingresaron "irregularmente", indicando que entregaron "falsas informaciónes en el formulario de declaración de salud del viajero", según remarca UOL. 

Además, la CBF remarca que el equipo de Tité "no abandonó el terreno de juego tras la intervención de Anvisa, demostrando que podía seguir con el partido, mientras los argentinos no volvían del vestuario".