(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Era cantado, pero el resultado fue mejor de lo que se presagiaba. Rodolfo D’Onofrio fue electo presidente de River para otro mandato pulverizando a la oposición y con una contundencia que lo empodera en la política del fútbol. Según el conteo final, la fórmula D'Onofrio-Brito-Cascio se impuso por 74,7% (14099 votos) en unos comicios que tuvieron la mayor participación de la historia con 18.872 socios que pasaron por las urnas.

El dato más relevante es que por el sistema de reparto de cargos que usa River, la abrumadora diferencia en las urnas hizo que el segundo, Antonio Caselli, sólo obtenga 3 vocales titulares en la próxima Comisión Directiva. Su lista alcanzó el 15% producto de los 2840 votos. Debería haber conseguido al menos 50% de los sufragios de D’Onofrio para poder volver a lograr 5 vocales como tenía hasta ahora. El resultado marca un fuerte retroceso del candidato de Primero River y todo indica que la denuncia que realizó y que terminó con la suspensión de las elecciones por parte del Juez Claudio Bonadio finalmente le jugó en contra.

Detrás de Caselli quedó Carlos Trillo con 7,5% (1414 votos), seguido por Leonardo Barujel con 2,5% (471 votos). Trillo logró el objetivo se mantenerse como un personaje que promete tener revancha en 2021. El caso de Barujel es por ahora incierto.  

En cuanto a la Asamblea de Socios, la lista de D'Onofrio obtuvo 100 representantes, la de Caselli 30, la de Trillo 15 y la de Barujel 5. 

La suspensión alentó a votar
 
Los casi 19 mil socios que emitieron su voto sorprendieron incluso al mismo oficialismo que no esperaba semejante afluencia. De hecho, como comentó DOBLE AMARILLA, el principal rival en esta elección que tenía el presidente era la apatía de los socios en momentos que el club está lejos de la situación angustiante que se vivía en la elección anterior. Sin embargo, la postergación de los comicios y las denuncias de posible fraude incentivaron a los socios que concurrieron casi en un número similar al de los últimos comicios.

Los desafíos de D’Onofrio y la suma de poder

El socio acompañó con el voto a una gestión que sacó a River de su paseo dantesco por el infierno futbolístico y económico. Sin embargo, D’Onofrio sabe que él mismo se subió la vara para el nuevo mandato. Los segundos periodos siempre son difíciles en la política y en River en particular. El último caso resonante fue el de José María Aguilar. Entre los nuevos desafíos que enfrentarán no sólo estarán los logros futbolísticos. Los socios reclaman mejoras en un club que cerró un balance histórico. Remodelación del Monumental, un proyecto serio para las juveniles, mejoras en algunos servicios son las demandas que más rápido van a tener que enfrentar.

En cuanto a la rosca, se abre una nueva etapa. Hasta ahora, con AFA había una distancia inconveniente, pese a que el oficialismo niegue mil veces que eso pueda afectar al club. Las declaraciones del ganador en conferencia de prensa dieron a entender que más que distancia hay grieta. “El socio votó masivamente ratificando lo hecho, incluso está de acuerdo que votáramos como votamos en AFA”, lanzó.

La foto de una elección contundente supone también una mala noticia para el Gobierno de Mauricio Macri, quien prefería un D’Onofrio debilitado (o no tan ganador) justo en momentos que se viene el debate por las Sociedades Anónimas en el fútbol. River ya decidió por asamblea de socios no ser jamás una S.A., pero su presidente puede ser también un artillero de peso contra esta modificación clave para la vida y el negocio del fútbol, que desde Casa Rosada se quiere imponer. Además, Macri ve en D’Onofrio un espejo que no quiere que se repita. Teme que finalmente decida dar un salto hacia la política nacional y es probable que a principio de 2018 se vean algunos movimientos en ese sentido por parte del hombre de Nuñez.

Lo cierto es que el arrollador triunfo empodera a D’Onofrio y a River. Entre sus pares del fútbol anoche surgía una pregunta: ¿irá por todo Rodolfo?