El municipio de Florencio Varela le robó un predio a un club de barrio y los jugadores salieron a bancarlo
El distrito le quitó 9 de las 11 manzanas que le fueron cedidas en 1991 al Atlético y Deportivo Junior. Esteban Andrada, Nico Bertolo y Maxi Velázquez defendieron a la entidad deportiva. La Unidad Básica del Movimiento Evita que ocupa un campo y los planes del gobierno local.
“Hola, soy Nico Bertolo. Quería solidarizarme con el Club Atlético y Deportivo Juniors. Sé que otra vez están pasando por ese mal momento de que esta gente poderosa les quiera cerrar el club y que se están olvidando de todos los chicos que se divierten, que disfrutan y crecen ahí adentro. Voy a estar haciendo mucha fuerza desde acá para que esto no suceda”.
Las palabras pertenecen a Nicolás Bertolo. El jugador de Platense, ex River y Boca, se solidarizó, al igual que otros futbolistas de Primera División, con la situación que está atravesando la entidad deportiva de Florencio Varela.
Sucede que en 1991 le concedió al club 11 manzanas para el desarrollo de una institución que fue cuna de algunos jugadores que llegaron a la máxima categoría y que hoy entrena a más de 200 chicos y chicas que practican fútbol en el club.
El problema es que desde el municipio, y por un acuerdo con la ex comisión directiva, que tenía como máximas autoridades a funcionarios del distrito, comenzó a quitarle al club parte de sus terrenos dejándole hoy solo dos manzanas a su favor que, en la actualidad, también se encuentran amenazadas.
“Buscamos que todos sepan lo que está pasando acá para defender un espacio que es por y para los chicos”, le dice Nicolás Gastán, secretario del club, a Doble Amarilla.
Desde 1996, el club cuenta con una ordenanza a su favor en relación a los terrenos. Sin embargo, desde entonces, desde el gobierno de Julio Pereyra hasta la actualidad con Andrés Watson a la cabeza se trabaja en detrimento de la entidad para poder quedarse con los terrenos cedidos.
A tal punto que, tras distintas versiones en medios locales sobre lo sucedido, el municipio tuvo que salir a intentar aclarar la situación diciendo que se encuentran haciendo obras para el club cuando en realidad con el correr de los años ya le quitó de 9 de las 11 manzanas que tenía. “La comisión directiva nunca fue invitada a participar, ni consultada al respecto”, aseguran desde el club. Y agregan a través de un comunicado publicado esta semana que “el club está dispuesto a agotar todas las instancias ante la justicia para que se determine la eventual responsabilidad penal de los autores, partícipes e instigadores de esta verdadera maniobra delictiva que se quiere llevar adelante contra nuestra institución. Y velaremos porque así sea, con el único fin de que nuestros niños tengan un mejor futuro en un lugar seguro”.
“No hay una cuestión partidaria. No queremos perder las tierras de los chicos. Tenemos una profunda preocupación y angustia por una problemática con el municipio. Luchamos contra un monstruo”, suma Gastán en diálogo con Doble Amarilla. Y agrega que “el municipio nos juega con mala intención. Dicen que van a hacer un polo sanitario y nos ponen como en contra de la salud. Estamos en contra de perder una tierra de la que tenemos 22 mil metros cuadrados y nos quieren dejar 8 mil. Teniendo casi 250 chicos. Tenemos una ordenanza que nos acompaña. Sabemos que estamos haciendo las cosas bien. Es la palabra de ellos contra la nuestra”.
“Quería mandar todo mi apoyo al Club Junior. Esperemos que esta gente no se salga con la suya y puedan seguir conservando ese lugar para los chicos”, expresó Maxi Velázquez al respecto. “Quería solidarizarme por el momento que están pasando. Ojalá puedan quedarse con ese predio y que no se lo saquen”, sumó el arquero Esteban Andrada.
En la actualidad, el municipio ya avanzó sobre varias de las manzanas e incluso hoy funciona una unidad básica del Movimiento Evita, además de varios locales comerciales.
Tras la salida de la comisión anterior, la vida del club dio un giro. “Nos dijeron que iban a intervenir desde el municipio y nunca lo hicieron”, asegura Gastán. Es tan fuerte la puja que, incluso, los padres de los chicos del club denunciaron que desde el municipio los silencian cada vez que pueden. En la última oportunidad, les arrancaron los pasacalles en los que pedían que “no nos quiten los sueños”.