El Subsecretario de Deportes de Uruguay, Pablo Ferrari, sigue adelante con su postulación a la Presidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol como la única fuerza opositora a la conducción de Nacho Alonso, que irá en busca de la reelección. 

En sus últimas declaraciones y apariciones públicas, la estrategia del candidato opositor consistió en victimizarse y dejar trascender que su candidatura no iba a ser aprobada por Conmebol, ya que la Confederación Sudamericana haría respetar los lineamientos de FIFA que impiden que la política se entrometa de alguna manera en la administración de sus Federaciones. “Así como estoy sorprendido por los clubes que me vinieron a buscar, estoy sorprendido de los ataques que estoy recibiendo” expresó algo incrédulo Ferrari en el programa Desayunos Informales. 

Sin embargo, según pudo confirmar Doble Amarilla, no existió ninguna comunicación desde Conmebol con el propio Pablo Ferrari ni con su equipo advirtiéndoles que no podía ser candidato y que no iba a pasar el test de idoneidad requerido por la Confederación Sudamericana. Tampoco hay ningún expediente abierto al respecto.

¿Qué es el test de idoneidad? Es un cuestionario que en su reforma de estatuto en 2016 reglamentó Conmebol y que tiene como objetivo mantener los lineamientos de gobernanza y transparencia del ente sudamericano.  Cabe recordar que es el mismo test que puso en jaque al ex Presidente de Boca, Daniel Angelici, cuando fue parte de la lista que encabezaba Claudio Tapia, y que buscaba que el armador político del PRO en la Ciudad de Buenos Aires sea uno de los vicepresidentes de la Asociación del Fútbol Argentino.

Especulación

El candidato opositor ya avisó a los integrantes de la cartera gubernamental de la que participa que en caso de ganar, renunciará a su cargo de subsecretario de Deportes. Una promesa que no cumplió cuando, en 2022, fue parte de la lista única del Comité Olímpico Uruguayo para formar su comisión directiva. Lo mismo sucede en la AUF. Su cargo que completamente incompatible con su función pública. 

Al asumir sus funciones en el COU tomó una drástica decisión: pidió licencia por tiempo indeterminado a su cargo en el ente olímpico y de esa forma, no perdió el cargo y puede ocuparlo cuando quiera, siempre y cuando, salga de la Secretaría de Deportes. Ahora, Ferrari evita jugarse un “pleno” en la AUF ya que en caso de renunciar al gobierno y perder ante Alonso quedaría afuera de todo. La realidad es que hoy sus adhesiones en la búsqueda por la AUF lucen estancadas y con serias chances de que todo termine una reelección de Alonso en primera vuelta. Cabe recordar que según el Estatuto, para ganar en primera vuelta el presidente de la AUF necesita 51 votos, lo que se traduce en las dos terceras partes del Congreso. Si no se da esa situación, el presidente se definirá por mayoría simple en segunda vuelta.

La candidatura suma también debate en la política nacional. Tal como se comentó el fin semana la postulación de Ferrari es desaprobada por el propio Presidente de la Nación, Luis Lacalle Pou, quién le pidió expresamente a que no se presentará a competir por la AUF. 

En la última semana, Ferrari estuvo en plena campaña proselitista para las elecciones de la Asociación Uruguaya del próximo 16 de febrero siguiendo en sus funciones en la cartera de Deportes, al ser cuestionado por esto aclaró rápido de reflejos: “hay decisiones políticas que no puedo tomar”.

Cuestionamiento ético

Más allá de la formalidad del test de idoneidad que solicita FIFA, sí es cuestionable la mirada ética de Ferrari. ¿Puede un funcionario público hacer campaña para una asociación mientras ejerce el cargo?, ¿es compatible, por ejemplo, que un funcionario político opine mientras están en funciones sobre la conveniencia de crear una Liga de fútbol en Uruguay? 

El estatuto de FIFA es claro respecto a la injerencia de la política en las asociaciones. La dirigencia uruguaya, cuya asociación estuvo intervenida por la casa madre, debería saber sobradamente la rigurosidad de Zurich respecto a la injerencia de la política y la violación de los estatutos. Quizás Ferrari, quien carece de experiencia dirigencial en el fútbol, puede argumentar desconocerlo.

Mientras tanto, entre la dirigencia uruguaya, inclusive entre los clubes que los pocos clubes que lo apoyan, en voz baja surgen algunos cuestionamientos. 

Nadie quiere que la política tenga una injerencia fuerte en el fútbol. Es por eso que no deja de ser curiosa la frase del candidato en el programa “Desayunos informales”. Ferrari aseguró: “Lo clubes me dijeron que se necesita paz política y eso es lo que vengo a buscar”. ¿A qué se refiere?